Blood Moon -Monster High AU-

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Nefera De Nile estaba sentada en la lujosa sala del palacio familiar, observando cómo su padre, Ramses, paseaba de un lado a otro, evidentemente preocupado. No podía soportar la idea de que su hermana menor, Cleo, estuviera ensuciando el prestigioso nombre de los De Nile al salir con Deuce Gorgon. Algo tenía que hacerse, y Nefera estaba dispuesta a tomar la iniciativa.

-Padre, tenemos que hablar -dijo Nefera, interrumpiendo su paseo inquieto.

Ramses se detuvo y la miró con severidad.

-¿Qué sucede, Nefera?

-Es sobre Cleo y ese... Gorgon -respondió Nefera, con una mueca de disgusto al mencionar el nombre de Deuce-. No podemos permitir que esta relación continúe. Está mancillando nuestro apellido y, además, él no puede darle a Cleo lo que merece.

Ramses asintió, frunciendo el ceño.

-Estoy de acuerdo. Pero, ¿qué sugieres que hagamos?

Nefera sonrió astutamente. Tenía un plan en mente, uno que estaba segura de que funcionaría.

-Deberíamos emparejar a Cleo con alguien de su altura, alguien digno de ser un De Nile. Un príncipe, tal vez, o un joven de una familia influyente. Si le presentamos a alguien adecuado, estoy segura de que se olvidará de Deuce.

Ramses la miró, considerando sus palabras. Era un plan razonable, y Nefera siempre había sido la más astuta de sus hijas.

-¿Tienes a alguien en mente? -preguntó.

-Sí, en realidad. Hay un príncipe de una familia poderosa que está interesado en Cleo. Su nombre es Amenhotep, y es todo lo que una princesa De Nile merece. Rico, influyente y de sangre real.

Ramses asintió, pareciendo más tranquilo.

-Excelente. Hagamos los arreglos necesarios para que se conozcan. Y en cuanto a Deuce... encontraremos la manera de mantenerlo alejado de Cleo.

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Mientras tanto, Cleo y Deuce disfrutaban de una tarde tranquila en la casa de él. Shade seguía fuera de la casa por negocios, exactamente no tenía fecha para volver a su hogar, por lo que Deuce había invitado a Cleo a quedarse con él. Estaban sentados en el sofá, hablando y riendo, disfrutando de la compañía del otro.

-Me alegra que estés aquí -dijo Deuce, tomando la mano de Cleo.

-Yo también, Deuce. No sabes cuánto aprecio estos momentos contigo, sin estar soportando a mi padre y Nefera -respondió Cleo, sonriendo.

Deuce miró a Cleo con cariño, pero había algo en su mente, el secreto que había guardado durante mucho tiempo, compartido solo con su madre, quien se lo confesó cuando era un niño. Sabía que algún día tendría que contárselo a Cleo, pero ese día no era hoy.

Mientras Cleo y Deuce disfrutaban de su tiempo juntos, Nefera y Ramses comenzaban a ejecutar su plan. Nefera contactó a Amenhotep y lo invitó a una cena en el palacio. Estaba segura de que, una vez que Cleo viera lo que Amenhotep podía ofrecerle, dejaría a Deuce sin pensarlo dos veces.

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En la noche, Cleo fue llamada por su hermana, quien queria que fuera al palacio. No tenía idea de lo que estaba planeando su familia, y cuando llegó, se encontró con una sorpresa. Amenhotep, un joven apuesto y elegante, de mas o menos la misma edad que su hermana, estaba sentado en el salón, conversando animadamente con su padre y Nefera.

-Buenas noches, Cleo -dijo Ramses, sonriendo con una calidez que rara vez mostraba.

-Buenas noches, padre -respondió Cleo, mirando a Amenhotep con curiosidad-. ¿Quién es nuestro invitado?

-Este es el príncipe Amenhotep -dijo Nefera, interviniendo con una sonrisa-. Ha venido a conocerte. -el príncipe se inclinó en saludó hacia la joven princesa, Cleo con incomodidad solo lo saludo con una sonrisa, que más, parecía una mueca de sufrimiento.

Cleo frunció el ceño, sospechando que algo estaba ocurriendo. Sin embargo, mantuvo la compostura y se sentó con ellos, escuchando mientras Amenhotep hablaba de sus viajes y aventuras, cosa que a ella no le importaba, pero su padre y hermana estaban fascinados. Era evidente que él estaba interesado en ella, y que su familia aprobaba la unión.

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Después de la cena, Cleo se retiró a su habitación con permiso de su padre, mintiendole que se encontraba algo cansada para seguir con la charla. Sintiéndose abrumada, no podía negar que Amenhotep era todo lo que su familia quería para ella, pero su corazón pertenecía a Deuce.

-¿Por qué están haciendo esto? ¿Por qué se empeñan en querer separarme de Deuce? -se preguntó en voz alta, sintiéndose atrapada entre el deber y el amor.

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Al día siguiente, Cleo volvió a la casa de Deuce, a escondidas de su padre, tratando de ocultar su inquietud. Deuce notó que algo no estaba bien y la abrazó, intentando consolarla.

-¿Qué pasa, Cleo? -preguntó suavemente.

-Nada... es solo que mi familia está intentando emparejarme con alguien más, anoche llevaron a un faraon o príncipe, no se que era, no quiese preguntar su status, porque conociendo a mi familia, pensarian que me interesa estar connese chico -admitió Cleo, sintiéndose culpable por no haberle dicho antes.

Deuce se tensó, sabiendo que esto era inevitable pero aún así doloroso.

-Cleo, no importa lo que digan o hagan. Estoy aquí para ti, siempre -dijo Deuce, tratando de sonar seguro.

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Mientras tanto, en el palacio, Nefera y Ramses discutían la siguiente fase de su plan. Estaban decididos a mantener a Deuce lejos de Cleo a toda costa.

-Tenemos que hacer algo para que Cleo se aleje de él por completo -dijo Nefera, su mirada fría y calculadora.

-Lo haremos -respondió Ramses, decidido-. No permitiré que nuestro apellido se manche más.

Lo que ni Nefera ni Ramses sabían, era que Deuce tenía un secreto que podría cambiarlo todo. Un secreto que solo él y su madre conocían. Shade, en su juventud, había sido parte de la realeza gorgona y su padre era un dios, y Deuce, aunque sabía poco sobre ello, tenía derecho a un título noble.

Este secreto, una vez revelado, podría alterar la percepción que los De Nile tenían de él. Pero hasta que llegara ese momento, Deuce tendría que luchar por su amor y demostrar que, aunque no llevara un apellido influyente, su corazón era digno de Cleo.

La tensión continuó creciendo, y Cleo se encontraba dividida entre sus sentimientos por Deuce y las expectativas de su familia. Sabía que eventualmente tendría que enfrentarse a su padre y a Nefera, y decidir qué era lo que realmente quería para su futuro... Aunque luego de esto, no vería a su novio en un tiempo.