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La luz del sol entraba tímidamente por las cortinas de la habitación de Draculaura, despertándola suavemente. Su cabeza daba vueltas y su cuerpo se sentía pesado, aún afectado por la resaca de la noche anterior. Parpadeó varias veces, tratando de recordar cómo había llegado a casa, pero todo era un borrón. Se giró y se encontró cara a cara con Clawdeen, quien dormía profundamente a su lado. Ambas estaban en ropa interior, lo cual añadió una capa extra de confusión y vergüenza.

-¿Qué pasó anoche? -murmuró Draculaura para sí misma, intentando no despertar a Clawdeen mientras se sentaba lentamente.

El movimiento hizo que la loba se removiera y, poco a poco, abriera los ojos. Al ver a Draculaura tan cerca y notar su propia falta de ropa, Clawdeen también se sintió repentinamente alerta.

-¿Lala? ¿Qué hacemos aquí? -preguntó Clawdeen, su voz todavía adormilada.

Draculaura negó con la cabeza, su mente intentando encontrar respuestas.

-No estoy segura, Clawdeen. No recuerdo mucho después de la fiesta. Lo último que tengo claro es que estábamos riendo y... besándonos.

Clawdeen cerró los ojos con fuerza, tratando de recordar más detalles. Fragmentos de la noche anterior comenzaron a surgir: risas, copas alzadas, y el beso apasionado que compartió con Draculaura. Abrió los ojos, encontrando la mirada preocupada de su amiga.

-... Nos besamos -admitió Clawdeen, sus palabras llenas de incertidumbre.

Draculaura asintió lentamente, sintiendo una mezcla de emociones. Por un lado, la confusión sobre sus sentimientos hacia Clawdeen, y por otro, la preocupación de que esto pudiera afectar su amistad.

-No pasó nada más, ¿verdad? -preguntó Draculaura, tratando de encontrar consuelo en la situación.

Clawdeen miró a su alrededor y luego a su propia ropa, o la falta de ella.

-No lo creo, Draculaura. Solo... solo nos besamos.

Un silencio incómodo se instaló entre ellas, ambos corazones latiendo rápidamente. Finalmente, Draculaura se aclaró la garganta y trató de romper la tensión.

-Bueno, deberíamos vestirnos y averiguar cómo llegamos a mi casa o quien nos trajo. Quizás los demás recuerden algo.

Clawdeen asintió, agradecida por el cambio de tema. Se levantaron de la cama y se vistieron rápidamente, tratando de actuar con normalidad a pesar de la extraña situación.

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Mientras tanto, en casa de Deuce, él y Cleo también se despertaban. Cleo abrió los ojos y se encontró en la cama de Deuce, su brazo alrededor de su cintura. Recordó la invitación de Deuce a quedarse en su casa, ya que su madre estaba fuera por negocios en Canadá. Compartieron la cama, se dieron algunos besos, y se quedaron dormidos. Cleo sabía que su padre se enfadaría si se enteraba, pero en ese momento, estar con Deuce era lo único que importaba.

-Buenos días -murmuró Deuce, aún medio dormido.

-Buenos días, Deuce -respondió Cleo con una sonrisa, girándose para mirarlo a la cara.

Deuce se incorporó un poco, apoyándose en un codo para tomar sus lentes que estaban en el mueble, al lado de su cama.

-¿Dormiste bien?

-Sí, dormí como una roca -respondió Cleo, estirándose ligeramente-. Gracias por invitarme a quedarme.

-De nada, Cleo. No me gusta estar solo en esta casa tan grande -admitió Deuce, sonriendo.

Se quedaron en silencio por un momento, disfrutando de la cercanía. Cleo finalmente se levantó, consciente de que tenía que regresar a casa antes de que su padre sospechara algo.

-Mejor me voy antes de que mi padre empiece a sospechar -dijo Cleo, aunque le costaba separarse de Deuce.

-De acuerdo. Ten cuidado, Cleo. Nos vemos luego -dijo Deuce, dándole un beso rápido antes de que ella se levantara por completo.

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En la casa de Frankie, Jackson y ella se despertaron después de una noche de sueño profundo. Después de la fiesta, se habían quedado a limpiar y organizar todo antes de finalmente caer rendidos en la cama, cansados y sin ninguna vergüenza de verse en ropa interior, después de lo que habían pasado juntos antes, entre besos y manoseo...

-Buenos días, Frankie -dijo Jackson, estirándose y sonriendo.

-Buenos días, Jackson -respondió Frankie, levantándose y empezando a vestirse-. Deberíamos prepararnos y refrescarnos un poco.

-Sí, eso suena bien -dijo Jackson, siguiendo su ejemplo.

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A la tarde, cada uno de ellos había vuelto a casa, tomado una ducha relajante, y despejado sus mentes de la resaca y el cansancio. Draculaura había enviado un mensaje a todos, invitándolos a reunirse en una cafetería para hablar sobre lo sucedido la noche anterior.

Mensaje del Grupo:

Draculaura: Hola chicos, quiero que nos juntemos en la cafetería para hablar de lo que pasó anoche, si es posible... No quiero que lo que sucedió entre Clawdeen y yo haga que las cosas se pongan incómodas entre nosotros.

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Cuando todos llegaron a la cafetería, se encontraron en una mesa al fondo, buscando privacidad para la conversación que se avecinaba. Draculaura y Clawdeen estaban nerviosas, pero sabían que era necesario hablar de lo sucedido.

-Gracias por venir, chicos -empezó Draculaura, tomando aire-. Clawdeen y yo queríamos aclarar lo que pasó anoche.

Los demás los miraron con atención, recordando el beso apasionado que habían presenciado.

- Saben que nos besamos, y fue algo impulsivo, producto del alcohol y el momento -continuó Clawdeen, mirando a sus amigos-. No queremos que esto afecte nuestra amistad o la dinámica del grupo.

Frankie fue la primera en hablar, sonriendo amablemente.

-Chicas, no tienen que preocuparse por eso. Todos hemos hecho cosas impulsivas alguna vez. Lo importante es que sean honestas y hablen entre ustedes.

Deuce asintió, apoyando a Frankie.

-Sí, lo que importa es que se entiendan y no dejen que esto las afecte.

Cleo añadió:

-Somos amigos, y siempre estaremos aquí para apoyarnos. Solo asegúrense de hablar sobre lo que sienten.

Jackson, siempre más callado, asintió en señal de acuerdo.

Draculaura y Clawdeen se sintieron aliviadas por el apoyo de sus amigos. Decidieron hablar más a fondo sobre sus sentimientos en privado, sabiendo que aún había muchas cosas por resolver. Pero por ahora, se sentían agradecidas por la comprensión y el apoyo de su grupo.

Pasaron el resto de la tarde juntos, riendo y disfrutando de la compañía. La tensión se disipó lentamente, y aunque quedaban cosas por hablar, sabían que podían contar con sus amigos para superar cualquier obstáculo.

Draculaura, aunque aún confusa por sus sentimientos hacia Clawdeen, decidió tomarse su tiempo para entenderlos antes de compartirlos. Por ahora, lo más importante era mantener su amistad fuerte y sincera. Sabía que eventualmente tendría que enfrentar esos sentimientos, pero por ahora, estaba contenta de tener a sus amigos a su lado, listos para apoyarla en todo momento. Sabía que tenía unos increíbles amigos.

Blood Moon -Monster High AU-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora