Luna de Sangre.
La Luna de Sangre se alzaba en lo alto del cielo, proyectando su luz rojiza sobre Monster High. Para muchos monstruos, era un momento de intensidad emocional, cuando los deseos y las pasiones se intensificaban.
Deuce y Cleo paseaban por los jardines de la universidad, iluminados por el brillo de la luna. Habían decidido tomar un respiro de las tensiones y expectativas que rodeaban su relación. La Luna de Sangre había despertado en ellos un deseo de estar juntos, de explorar lo que sentían el uno por el otro.
Cleo se detuvo y miró a Deuce con ojos brillantes.
—¿Crees que la Luna de Sangre afecte nuestras emociones?— preguntó, con un dejo de curiosidad en su voz.Deuce se acercó a ella y tomó su mano con ternura.
—Dicen que sí— respondió, sintiendo su corazón latir con fuerza. —Pero lo que siento por ti, Cleo, va más allá de la Luna. Es real, es profundo.—Cleo sonrió, sintiendo un cálido cosquilleo en su pecho. —Yo también siento lo mismo, Deuce. Contigo, todo es diferente. Es como si mi corazón latiera más fuerte cuando estoy contigo.—
Se acercaron lentamente el uno al otro, sus rostros a centímetros de distancia, esgaban a punto de besarse, de dar el primer paso. En ese momento, el mundo parecía desvanecerse a su alrededor, dejando solo espacio para ellos dos.
De repente, un ruido los sacó de su trance, separadose rápidamente. Era Clawdeen, la mujer lobo, que se acercaba corriendo hacia ellos. —¡Chicos, tienen que venir rápido! ¡Hay algo que necesitan ver!— exclamó, agitada.
Intrigados, Deuce y Cleo siguieron a Clawdeen hasta el bosque cercano, donde se encontraron con Frankie Stein y su nuevo interés amoroso, un humano llamado Jackson, quien era nuevo en la ciudad.
Frankie estaba emocionada, mostrándoles algo brillante y misterioso que había encontrado entre los árboles. Era un extraño objeto humano que había caído del mundo de Jackson.
—¿Qué es eso?— preguntó Deuce, asombrado por la extrañeza del objeto.
Jackson explicó que era parte de una estrella fugaz que habia justo en los arboles del patio, algo que los humanos deseaban cuando la veían en el cielo. Pero para los monstruos, era simplemente un hermoso espectáculo natural.
Luego de ver lo que Clawdeen queria mostrarles, ambos decidieron entrara la residencia. Deuce y Cleo reflexionaron sobre la experiencia de esa noche. La Luna de Sangre había despertado emociones intensas en todos, pero para ellos dos, había sido un recordatorio de lo especial que era su amor.
Se miraron el uno al otro, sabiendo que su relación enfrentaría desafíos, pero confiando en que juntos podrían superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.
El amor entre Deuce y Cleo florecía bajo la brillante luna ensangrentada, desafiando las expectativas y creciendo cada día más fuerte.
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Después de la noche anterior, Deuce y Cleo se encontraban en la cafetería de Monster High, compartiendo un momento tranquilo entre clases. La atmósfera era relajada, y la luz del sol se filtraba suavemente a través de las ventanas, creando un ambiente acogedor.
Cleo jugueteaba con su comida, perdida en sus pensamientos. De repente, levantó la mirada y se encontró con la mirada preocupada de Deuce.
—¿Pasa algo, Cleo?— preguntó él, notando su expresión pensativa.
Cleo suspiró, sintiéndose indecisa sobre si contarle a Deuce algo que había estado guardando para ella misma. —Es solo que... he estado pensando mucho en mi pasado últimamente— confesó. —En cómo era mi vida antes de venir a Monster High.—
Deuce tomó su mano con suavidad, transmitiéndole su apoyo. —Entiendo. A veces, nuestros recuerdos pueden ser complicados— dijo con empatía.
Cleo asintió, agradecida por su comprensión. —Es solo que... antes de ser la princesa de Egipto, mi vida solía ser muy solitaria. Estaba rodeada de lujos, pero me sentía vacía por dentro. Ahora, aquí contigo, desde que te conocí, siento que finalmente he encontrado algo que da sentido a mi vida.—
Deuce la miró con cariño, sintiendo una profunda conexión con sus palabras. —Cleo, tú le has dado sentido a mi vida también. Eres mi ancla en este mundo tan extraño y maravilloso en el que vivimos.—
Cleo sonrió, sintiéndose reconfortada por sus palabras. Sabía que, juntos, podrían enfrentar cualquier desafío que se les presentara.
Mientras tanto, en otro rincón de la cafetería, en una mesa aparte, Clawdeen y Frankie estaban teniendo una conversación animada sobre el baile de fin de año que se acercaba. Clawdeen estaba emocionada por la idea de diseñar su propio vestido, mientras que Frankie estaba nerviosa por invitar a Jackson al baile.
—¿Y si dice que no?— preguntó Frankie, jugueteando con un mechón de su cabello.
Clawdeen puso los ojos en blanco, dándole un golpecito en el hombro. —¡Por favor, chica! Jackson está loco por ti. Estoy segura de que dirá que sí.—
Mientras tanto, en las afueras del edificio, Draculaura y Clawd estaban teniendo su propia conversación. Draculaura estaba preocupada por su amiga Abbey, quien parecía distante y melancólica últimamente.
—Creo que está sintiendo nostalgia por su hogar en las montañas— explicaba Draculaura. —Pero no sé cómo ayudarla.—
Clawd asintió, pensativo. —Tal vez podríamos organizar una sorpresa para ella, algo que le recuerde su hogar y la haga sentir mejor.— Draculaura asintió de acuerdo con la idea del lobo, sintiendo un revoltijo en su estómago de la emoción o nervios... O eso pensaba ella.
De vuelta en la cafetería, Clawdeen y Frankie decidieron acercarse a sus amigos Deuce y Cleo, compartiendo risas y conversaciones animadas. A pesar de los desafíos que enfrentaban, sabían que tenían el amor y el apoyo de sus amigos para superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.
La vida en Monster High era emocionante y llena de sorpresas, pero con el amor y la amistad que compartían, sabían que juntos podían enfrentar cualquier cosa que el destino les deparara.
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Blood Moon -Monster High AU-
Fiksi PenggemarSinopsis: En Monster High, un internado donde monstruos legendarios estudian y conviven, Deuce Gorgon, hijo de la Gorgona Medusa, y Cleo de Nile, la princesa momia, han sido amigos desde la infancia, pero ahora que han alcanzado la edad adulta, sus...