🫧 Historias eróticas con diferentes Girls Idols, diferentes escenarios🫧
¡No leer si eres menor de edad porque la historia trae lenguaje obsceno!
🫧
No escribo historias con Idols menores de edad, así que favor de no pedir historias de ellas.
A...
No leer si eres menor de edad. Lenguaje MUY obsceno.
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- ¿Saldrás esta noche?
- Sí, iré a la biblioteca primero y de ahí a dejarle una maqueta a Seul. Si quieres deja con seguro, llevaré llaves.
Las muevo mientras mi rommie asiente regresando la vista a su serie. Salgo del edificio abrazando mi cuerpo por el frío tan fuerte que estaba haciendo, veía como algunas personas utilizaban varias capas de ropa porque el invierno estaba llegando.
Me detengo y prendo mi celular buscando en maps"Plaisir", seguía la flechita doblando por calles hasta llegar a una "casa" color rosa.
Toco el timbre y una mujer algo adulta me abre la puerta sonriéndome, en el fondo se escuchaban canciones alegres y un aura rosa enfrascaba todo el lugar.
- ¿Ji Hyun?
- Sí, soy yo. Fue un poco complicado encontrar el lugar.
Reímos, yo más por los nervios de volver a venir nuevamente aquí.
- Tranquila, pasa corazón.
Recorremos el pasillo, los tacones de ella resonaba más por el eco y mientras más caminaba me iba quitando la chamarra quedándome con un vestido negro corto algo escotado.
- Uy, parece que venías preparada. Sabes que puedes comenzar conmigo, verdad?
Siento sus mando recorrer mi trasero llevándolas a la parte de enfrente, lentamente las mete por mi vestido llegando a mis bragas.
- Linda, quisiera seguir, pero mi reservación se tiene que cumplir.
Quita sus manos mientras voltea los ojos, nuevamente caminamos y llegamos hacia una pequeña habitación donde tenía toques rosas y muy femeninos.
La cama la cubría una colcha de seda, un jacuzzi en la esquina, dos sofás frente a frente y un pequeño escenario con un espejo grande al fondo, claro con decoraciones rosas.
- Ponte cómoda, ella ahorita viene.
Y sin más se va, camino hacia el pequeño refri donde saco una botella con agua, veo juguetes sexuales encima de la cama y un par de condones femeninos.
- ¿Cielo?
Volteo y veo a la mujer más hermosa que he visto, sinceramente nunca me cansaría de mirarla y todas las veces que he venido siempre quedo encantada con su belleza.
Camina hacia mi viendo su cabello negro largo meserse, sus labios rosas, un vestido corto de corazones rosas y unos tacones que resonaban al caminar.
- Te extrañe tanto.
Me siento sobre el sillón y ella encima de mi, nuestros labios empiezan a moverse besándonos desesperadamente. Mis manos empieza a quitar su vestido dejándola en una lencería rosa.
Del brasier tenía una parte descubierta donde se mostraban sus pezones erectos y una braga tan delgada que parecía que estaba desnuda.
- Me encantas, me encantas.
Nuevamente nos besamos y mis manos pasan por todo su cuerpo quitando las prendas que quedaban, mi boca empieza a bajar besando su cuello hasta llegar a sus pechos.
Lamia, apretaba sus pezones escuchando sus gemidos salir de sus labios. Mis manos pegaban su trasero dejándolo con marcas rojas y sacudiéndolo.
- Lámeme, por favor.
Me acuesto sobre el sillón y ella se levanta quitándose la braga agachándose dejándome ver su trasero desnudo, se me acerca y se sienta en mi cara dejando su coño en mi cara.
Empiezo a lamer sus labios y a juguetear con su clitoris sintiendo como se estaba poniendo duro, acerco mi lengua a su entrada penetrandola y con una mano empezaba a frotar su clitoris.
- Mierda, más rápido corazón.
Empezó a dar pequeños brinquitos queriendo tener más profundidad de la lengua, intento sastifacerla, pero se empezó a desesperar por más.
- Te voy a meter un dildo, quiero que lo disfrutes.
Con una mano intento alcanzar el dildo y lo tomo, me siento y lo pongo medio de mis piernas simulando un pene.
- Salta.
Ella lo mete y empieza a saltar, se frotaba, lo hacía lento o más rápido. Sus ojos se cerraban mientras gemía y mis ojos se maravillaban viendo sus pechos saltar.
- Quiero frotarme contigo, necesito sentirte.
Le hago caso, me quita la ropa besándome y nos ponemos en posición de las tijeras. Nuestros coños se frotaban sientiendo la humedad de las dos.
La habitación se llenó de gemidos y solo se escuchaban nuestros jadeos, pronto su orgasmo llegó y yo me empecé a mover más rápido queriendo llegar al mío.
Sus gemidos salían más fuerte mientras cerraba sus ojos, me frotó más sintiendo mi órganos llegar.
- Mierda, mierda. Eres tan jodidamente sexy y genial.