Capitulo 13

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Kang Haerin

La voz de Danielle se ahoga mientras maldice detras de mí. Se me revuelve el estómago cuando observo la escena que tengo delante.

Locura.

Caos absoluto.

Estoy tan sorprendida porque las otras partes de la casa estan impecables.

Pero esta... esta es enfermiza.

—Haerin —sisea mientras me agarra del codo. Saco mi brazo de su agarre y miro el basurero.

Vertedero es una palabra bonita.

Es una mierda absoluta.

Apenas había pasado un episodio de Hoarders una vez hace unos años. Después de que encontraron un gato muerto debajo de unos escombros en la casa de una anciana, apague y fregue mi bañera hasta que pude ver mi reflejo.

Esto es peor.

El hedor es repugnante.

Putrefaccion.

Moho.

Qué asco.

Las cáscaras de papa que comí momentos antes, antes de ir a explorar, amenazan con reaparecer. Desde el piso hasta el maldito techo, esta habitacion está repleta de basura. No solo chatarra sino basura.

¡Basura!

En algún lugar en medio del caos hay una cama. La mierda tambien se ha amontonado en la cama. Sólo una pequeña parte permanece descubierta. Donde duerme esa persona.

—¿De quien es este cuarto?—

—SeollA —murmura Danielle suavemente.

Me dijo que estaba enferma, pero no así. Eso es otra cosa.

Veo algo correr por su cama y dejo escapar un grito.

Una mano fuerte cubre mi boca por detrás.

Me arrastran fuera de la habitación y la puerta se cierra de golpe.

El olor persiste en mis fosas nasales y siento que voy a vomitar en cualquier momento.

Caigo sin fuerzas en el agarre de Danielle mientras ella se retira rápidamente por el pasillo. Espero que me arrastre de vuelta a la sala de estar, pero en lugar de eso, me lleva a lo que debe ser su dormitorio, de ahí el olor familiar. Lo inhalo con la esperanza de librar a mi nariz del repugnante hedor de la habitación de SeollA.

Mi cuerpo tiembla y ella me abraza fuerte contra si. Con mi espalda presionada contra su pecho y su brazo alrededor de mi cintura, la conciencia me atraviesa. Lentamente, retira su mano de mi boca.

—Lo siento —la culpa se precipita a través de mí— Y-yo reaccioné de forma exagerada.—

Acaricia su nariz contra mi cabello y gime.

—No lo hiciste. Es... no es algo que la gente además de ella y yo veamos. No te preparé, es repugnante. Lamento que tuvieras que verlo.—

—Las cosas estaban viviendo ahí —siseo, mi voz temblando en la línea entre la histeria y la calma. Estoy bastante segura de que era una rata grande, pero no puedo estar segura.

—Lo sé —gruñe— Confía en mí. Le pago a un maldito exterminador para que venga todas las semanas a tratar de solucionarlo.—

—Lo sacas todo y lo tiras. Así es como lo tratas —exclamo.

Me suelta, y cuando me vuelvo para mirarla, sus palmas frotan su rostro con frustración.

—Si fuera tan fácil, la mierda habría sido acarreada hace mucho tiempo. Esto es... esto es algo que ha aprendido. Ha estado arraigada en ella desde que nació.—

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