DDPTUC - Samo Twice

XXXI

Momo logra escuchar un golpe en la puerta principal. Sana estaba ahí parada con una botella, una bolsa de ropa y llevaba una gabardina.

—Wow... Te ves... —Intenta decir Momo pero las palabras le falla

De todos modos no le importa. Porque Sana la acompaña de espaldas a su dormitorio, cerrando la puerta de entrada a patadas tras ella.

—Sé que llevas mucho esperando esto...

—¿Y qué es "esto" exactamente?

—¿Haciéndote la tonta? Es un poco lindo, en realidad —Sana confesó

La menor comienza a desnudar a Momo sin esperar un momento más, tirando el champán y el porta trajes sobre la cama.

—Dime, ¿Qué quieres que haga primero? —Preguntó Sana

Momo la miro decidida —Rompe una de tus reglas —Miro los labios de la chica— Quiero sentir tus labios en los míos

Sana se acercó y le mordió el cuello, lo beso mientras subía hasta el lóbulo de la oreja, donde su susurro le da escalofríos —Necesito saber, ¿Estás dentro o fuera?

—Oh, me apunto... Me apunto del todo —Dijo Momo, comenzando a tener calor

Sana sonrió —Bien, porque esta vez quiero ser la sumisa —Declaró— Escucha con atención, y te diré exactamente cómo quiero que se haga

—Haría cualquier cosa por ti, lo sabes —Momo dijo y Sana rio un poco

—Me encanta lo fácil que eres de controlar, es realmente adorable

—Muy bien, si vas a ser tan sumisa... ¿Cómo debería dominarte primero?

Sana miro la botella —Empecemos abriendo ese champán

La menor descorcha la botella de vino espumoso y se la entrega a Momo con un guiño sugerente.

Los dedos de la pelinegra encuentran el cinturón de la gabardina de Sana y comienza a desatarlo, sintiendo que la adrenalina comienza a subir bajo su piel. Sin rompen el contacto visual, empieza también a quitarle la ropa a Momo, y su carne se rompe en escalofríos con cada roce de sus dedos.

Momo la acompaña de espaldas hasta la cama, recorriendo con los dedos el suave cuerpo de la castaña.

—Me gusta cuando haces eso —Admitió Momo— Casi me hace olvidar que todo esto es un juego...

—Quizá no tenga que ser un juego, después de todo —Momo dijo, con un pequeño dolor en su pecho— Quizá ésta sea nuestra nueva realidad

Sana la mira curiosa durante un momento, luego le dedica una sonrisa mientras se sirve el champán en el estomago.

—Basta de hablar, bebé, es hora de poner a trabajar esa boca

La mayor hunde su cabeza en el ombligo de Sana y succiona el champán, sorbiendo de ella, como si fuera néctar.

Cuando Momo le susurra al oído, su voz se vuelve ronca —¿Así que quieres que te someta? Sólo dime cómo empezar

—Sedúceme primero —Sana se dejo llevar— Vamos, da lo mejor de ti

—Eres tan sexy que eres ingeniosa e inteligente —Momo comenzó, sin muchas ideas— Aunque seas un poco despiadada

—Es un buen comienzo, pero creo que puedes hacerlo mejor —Apoyó Sana, recordando los mensajes de la chica de hace poco

—Entonces, ¿Qué sugieres? —Momo se rindió

—Sinceramente, me gustaría que me pusieras caliente —Sana confesó