Lucas estaba aburrido, sus padres salieron el fin de semana a casa de su abuela mientras el niño se quedó solo en casa... Eso fue hace tres semanas. La vida de Lucas estaba llena de felicidad y comodidad, pero todo cambio cuando el corona virus atacó.
Cuarenta mundial... CUARENTA!! Lucas se sorprendió saber que todos debían quedarse en casa y que nadie podía salir. Sus padres estaban atrapados a una ciudad de distancia, así que el joven Lucas Evans estaba solo en casa durante la cuarentena.
Cómo todo niño de diez años, estaba contento de estar en casa y tenerla solo para él, además de no tener clases y poder holgazanear y descansar, un tipo de sueño hecho realidad.
Y en solo cinco días, Lucas deseaba que nunca hubiera llegado la cuarentena. Descubrió rápidamente que sus padres no estaban en pausa mientras estaba en la escuela como el siempre creyó, y resulta que la casa y sus cosas no se limpian solas.
Lucas se da cuenta con horror que ahora sin ellos el tenía que hacer todo el trabajo en la casa, desde limpiar, ordenar y cocinar. Rápidamente su dieta paso a ser sandwich de jamón y queso y cereal, que era lo único que sabía hacer. Sus tiempos libres ahora se dedicaba a limpiar cada rincón de la casa, la cual no era para nada pequeña.
-Nunca volveré a quejarme de que ellos no hacen nada- decía frustrado mientras limpiaba los pisos.
Otra cosa insoportable fue su ropa, justo el día antes de la cuarentena, la mayoría de sus ropas se dejaron en la lavandería, ya que no tenían lavadora por culpa de Lucas, y sus padres se llevaron lo que quedó de ropa para pasarla con su abuela. Lucas solo le quedaban tres playeras, un pantalón, un shorts y un único par de calcetines. Se suponía que el iba a pasar a la lavandería para recoger su ropa, pero la cuarentena le impidió salir.
Así que Lucas no tenía casi nada de ropa, y sus boxers era lo único que lavaba ya que era fácil de lavar a mano, y el resto de su ropa termino sin lavar. Así que Lucas se la pasaba en ropa interior mientras estaba en casa, y solo se ponía la playera para hacer video llamadas.
Y claro, lo peor de la cuarentena, era que no podía salir o invitar a alguien a su casa. Se estaba volviendo loco por esa estúpida regla, y maldijo al virus de aparecer y expandirse. Solo podía comunicarse vía video llamada, y no era para nada lo mismo, ya sus amigos y él estaban de acuerdo que esto era un infierno.
Cada uno de sus amigos busco una actividad para entretenerse mientras pasaban la cuarentena, Lucas maldijo lo afortunados que son en buscar distracciónes, ya que Lucas estaba seguro que moriría de locura si no encontraba algo para distraerse.
La razón de esto era su adicción, su única razón de ser y vivir ya no la podía disfrutar... Su obsesión a las cosquillas.
Al estar todos atrapados en casa, Lucas no tenía a nadie para hacerle cosquillas, maldijo por no invitar a sus amigos a una pijamada antes de la cuarentena, así al menos tendría a alguien para torturar mientras pasaba. Y peor, nadie estaba aquí para hacerle cosquillas, sus padres al otro lado de la ciudad y solo y encerrado en casa, Lucas no tenía a nadie para que le hicieran cosquillas... ERA UNA TORTURA!
La piel de lucas hormigueaba y sentía escalofríos mientras deseaba que alguien le hiciera cosquillas en su piel. Era la situación perfecta, estando solo, en ropa interior, y atrapado en cuarenta... ERA SIMPLEMENTE PERFECTO!
El niño gime mientras se recostaba, tres semanas y no sentía cosquillas, era un verdadero infierno para un niño acostumbrado a recibir cosquillas tres veces al día.
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Las Historias Cosquilludas de Lucas Evans
FantasyUna serie de historias cortas, dónde veremos al joven Lucas enfrentar una de las más aterradoras experiencias de todas... cosquillas 🪶🪶🪶🪶🪶🪶🪶🪶🪶🪶🪶🪶🪶🪶🪶🪶 Estás historias no tienen relación entre si y no están relacionadas con las otras h...