Las Historias Cosquilludas de Lucas Evans

🪢 El Secuestro Cosquilloso de Lucas 🪢

Décimo intento, el ladrón estaba ya por el décimo intento de abrir la caja fuerte... SE SUPONE QUE ERA FÁCIL! YOUTUBE LO HACIA PARECER TAN SENCILLO! Era solo girar, usar la el... EL COMO SE LLAME ESE QUE USAN LOS DOCTORES Y YA! Dinero fácil al instante.

Giro y giro la maldita perilla de la caja fuerte esperando el tan famoso cli, pero este no estaba. El ladrón golpeó su cabeza contra la mesa mientras volvía su trabajo desde cero, le daban tantas ganas de golpear la esa condenada cosa, pero ni el era tan bruto para hacerlo.

Mientras trabaja, una risa desde su espalda lo interrumpe, al voltear nota al niño de diez años, cabello rojo y ojos verdes mirándolo con cara de burla. El niño estaba sentado en el sillón, y amarrado para que no se escape, con varios giros de cuerda alrededor de sus muñecas y tobillos, junto a algo de cuerda para mantener sus piernas juntas. También tenía una mordaza que le hizo al poner sus dos calcetines usados en su boca y ajustarlos con un trapo entre los dientes amarrados detrás de la cabeza.

Lucas Evans no podía creerlo, todo iba tan bien el día de hoy, sus padres estaban en una cita y volvían mañana, no tenía clases y tenía la casa para el solo. Se dejó llevar y decidió disfrutar el día en pijama hasta que en la tarde, mientras sacaba la basura, una mano desde atrás le tapa la boca y lo arrastra de vuelta a la casa.

Sin darse cuenta termina en el suelo mientras el atacante fuerza algo a su boca... Sus sucios calcetines, trata de escupirlos pero no lo logra y termina con ambos calcetines en la boca, y luego un trapo los ajusta. Mientras trata de no ahogarse con ellos siente que le atan las muñecas con cuerdas y luego las ajustan con cinta adhesiva, para luego y por sus tobillos y rodillas.

Lucas solo se burla del aspirante a ladrón mientras se relaja en el sofá, sabía que no escaparía así que ni se molesta en gastar energía en tratarlo.

-Debo suponer que no te confían la clave verdad?- dice malhumorado el ladrón.

Lucas de forma sincera niega con la cabeza, esperaba que con el dinero y el equipo fuera de la caja sean suficientes para que el ladrón lo deje en paz. Soltaba una que otra lágrima por tener su lengua saboreando sus calcetines sucios de gimnasia, debió dejarlos en la cesta y no en el suelo de la sala.

El ladrón se frustra y decide dejar la caja, está familia era muy adinerada, así que pensó que al menos tendría algo que robar, pero era triste al ver que solo robaría equipo común y electrónicos. Mira al niño quien está tratando de escupir la mordaza discretamente, con sus dedos cerrados y envueltos en cinta adhesiva no podía quitársela con la manos.

El ladrón entonces decide escalar, si no robaría algo valioso, robaría a alguien importante. Al ver al niño, nota su pijama ajustada que sigue la silueta de su cuerpo, y nota la linda barriga del niño, y le da una idea.

-Mejore con te muevas...- dice tomando más cuerda.

El ladrón, al que llamaremos Todd, fue con Lucas y alzó sus brazos sobre su cabeza, y enrolló la cuerda entre las ataduras de sus muñecas, luego tiro de la cuerda hasta atrás en el sillón y con algunos trucos de nudos los amarro a las patas traseras del sillón. Luego puso las piernas en un taburete y amarro la extensión de cuerda a las ataduras de los tobillos, tensandola muy bien para asegurarse que no escape.

También engancho las ataduras de las rodillas a las patas del taburete y luego los codos de Lucas al espaldero. Ahora el niño pelirrojo estaba muy atado sin la posibilidad de escapar.

-Quieto mientras trabajo- dice este mientras se retira de su campo de visión.

Apenas se va Lucas tira de sus ataduras, y rápidamente se da cuenta de que era imposible y se rinde dejándose caer en el sillón, sin duda sería una vergüenza quedarse así por toda la noche. Todd vuelve ya con un saco de todo lo que pudo robar, y se acerca al niño. Ve como al estar con los brazos alzados al máximo, obligaba a su camisa a levantarse revelando el lindo ombligo del pelirrojo.