XXVII

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-Voy a extrañarte.- El tiempo había pasado rápido, y el momento de despedirse de su novia había llegado.

-Ongsa, volveré en un par de días.- Rió, tomándola del rostro.- Haremos llamada todo el día, te lo prometo.

-Si no contestas, te iré a buscar.- Dijo susurrando triste.

-Está bien, pero no necesitarás hacer eso.- Le dejó un pequeño beso en los labios.- Tenemos que embarcar ya.- Se separó, y tomó su mochila para ponérsela en los hombros.- Te traeré un lindo recuerdo.

-Si hay turbulencias, salta del avión.- Se apresuró a abrazarla por última vez.

-Ongsa, estoy segura de que no podré hacer eso.- Rió.

-Sun, tenemos que irnos ya. Ongsa, la cuidaremos por tí.- El padre de la castaña le sonrió, dándole seguridad. Era cierto, de algo servían los padres.

-Tengan un viaje seguro, llámame cuando aterricen.

Sun le aseguró que así sería.

El tiempo que pasarían lejos, sería el más aburrido para Ongsa. Así que había hecho un itinerario, que está segura, no seguiría.

-¿Vas a comer todo eso?- Alpha había entrado a la cocina, viendo a su hermana con dos hamburguesas y un trozo de pastel esperando para después.

-Extraño a Sun.

-Las comida no puede llenar ese espacio, Ongsa.- Se sentó a un lado, tomando una de las hamburguesas.- Hey, lejos.- Le pegó en la mano a su pequeña hermama, al intentar quitársela y se la llevó a la boca triunfante.- Está rica.

-La he comprado.- Acotó, como si necesitara ser dicho.

-Lo noto.- Asintió, sin prestarle atención luego de eso.- ¿Y cómo está?

-Han ido a cenar, así que esperaré a la media noche para felicitarla.

-¿Tienes algún regalo?

-¿Ah?- Lo había olvidado.

-¿Lo tienes? ¿Has podido comprar comida para ahogar tus penas pero no un regalo?

-Carajo, lo olvidé.- Se levantó corriendo.

-¡Ongsa! ¡Es demasiado tarde para salir!

Haciendo caso omiso, corrió a ponerse unas zapatillas, y salió de camino al correo, que cerraría pronto.

-Vamos, vamos.- Corría por las calles apenas iluminadas, y las personas que pasaban cerca, la observaban con curiosidad.

Se maldecía internamente. El regalo había sido comprado en línea, pero sin opción de entrega a domicilio, cosa que aceptó. Pero había olvidado ir a recogerlo temprano por comprar la comida.

Sus energías habían comenzado a agotarse, y su resistencia estaba en la miseria. Había podido notar en los últimos días, que le costaba mantener la respiración estable bajo el esfuerzo excesivo.

-¡Ahh!- Se tropezó, cayendo al suelo sobre una de sus rodillas. Gimió de dolor por lo bajo, notando una herida en su rodilla derecha.

Se levantó, y continuó caminando con velocidad, estaba a la vuelta del correo, y ya serían las once.

Cojeó, pero llegó con éxito sin volver a caer.

Le entregaron el paquete con un poco de molestia, pues ya todos estaban listos para irse a sus casas y con el sistema apagado.

Luego de disculparse, salió con un lindo regalo para su novia, que esperaría a ser empaquetado como correspondía.

Al llegar a casa, comió, sin prestar atención a su herida de guerra, de la que estaba algo orgullosa.

Milky Way // (Ongsa + Sun) (Milk + Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora