-Te amo.- Ongsa y Sun, compartían un pequeño picnic en el patio del colegio.
El sol pegaba fuerte en sus rostros, pero no lograba quemarlas.
-Yo también, Ongsa.- Se arrastró hasta su regazo, y se recostó sobre este para que los largos dedos de la pelinegra, peinaran sus mechas color cobrizo.
-Nosotras también tenemos nuestra familia.
-¿Mm?- Ongsa asintió.
-Latte es como mi hijo, porque siempre lo he tenido conmigo, así que tú eres como su madre también.- Ambas rieron.
-Es bueno que lo digas, porque estaría celosa si no fuera así.
-Te han salido pecas.- Notó manchitas en el puente de su nariz. Las acarició con delicadeza.
-Mi madre también lo notó. Son lindas, ¿no?- Giró sobre sí misma y se puso de rodillas.
-Mucho.- Tomó su teléfono, y logró tomarle una linda foto donde estas se notaban.
El timbre sonó, y tuvieron que recoger todo para ir a su próxima clase.
-¿Quieres venir a almorzar a mi casa? Mis padres quieren verte.- Comenzaron a subir las escaleras, e inevitablemente Ongsa recordó el día que se conocieron.
-No puedo, pero mejor mañana.- Sun asintió, ni siquiera queriendo indagar mucho en el porqué. Últimamente no llevaba a un buen lugar.
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-Ven a dormir hoy, ¿sí?- Caminaban de la mano, hasta la salida del edificio.
-Encantada.- Le besó la mejilla.- ¿Puedo llevar lo que quiera?
-¿Qué cosa?- Se detuvieron en la vereda, esperando a que llegara el padre de Ongsa para llevársela.
-Algo para comer. Tal vez una hamburguesa. Últimamente has perdido mucho peso.- Arrugó la nariz divertida.
-¿Ya no te gusto?- Hizo un puchero mientras bromeaba.
-Claro que me gustas.- Tomó su cintura y comenzó a moverla.- Pero no quiero que bajes de peso, eso no está bien.
-Creo que no he comido muy bien últimamente. Bueno, tu compra las hamburguesas, yo me encargo del postre.
-Muy bien.- Asintió emocionada y se puso de puntitas para darle un beso corto.
-Ahí viene mi padre.- Señaló al auto que lograba distinguirse a lo lejos.- Vé con cuidado, te amo.
-Enviame un mensaje cuando estés en casa para poder ir. También te amo.
Tomó su rostro entre sus manos, obligándola a agacharse para darle un buen beso, de esos que se merecían en una despedida.
Sun se alejó con velocidad mientras saludaba a su suegro, quien le sonrió y devolvió el gesto.
-Hola pa.- Ongsa abrió la puerta del copiloto y se giró extrañada a los asientos de atrás, que estaban desocupados.
-El papá de Luna vino a buscar a ambas.
-Oh, bueno. Tengo hambre.- Suspiró aliviada de que el colegio había terminado por ese día.
-Te compraré algo de camino al médico.- Arrancó el auto.
-¿Ah? ¿El doctor te dijo algo?- Abrió el pequeño bolsillo de su mochila y sacó un pan dulce que Sun le había regalado esa mañana.
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Milky Way // (Ongsa + Sun) (Milk + Love)
Fiksi PenggemarOngsa vuelve a casa con su familia. Se despide de sus abuelos y del pueblo donde había crecido. Bangkok tiene mucho para ofrecerle, más de lo que cree merecer.