XXI

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-Me ha contado que Aylin se ha hecho una nueva amiga.- Sus padres hablaban en el asiento delantero, mientras la llevaban al colegio. Rascó su ojo, apenas y había podido conciliar el sueño la noche anterior.

-Es bueno que pueda desenvolverse con los demás.- Su tío estaba feliz por la castaña.

-Volverán el jueves por la noche, sus profesoras decidieron hacer una fogata de despedida.- Su madre revisaba su teléfono, leyendo los mensajes de la hija mayor.

-No tendremos que madrugar, al menos.- Rió el hombre.

Cuando llegó al instituto, bajó sin decir nada. Su energía era tan poca, que debía usarla sabiamente para caminar sin caer dormida al suelo.

Subió las escaleras, deseando recostarse en ellas, pero debía ser fuerte. Pensó, también, en saltarse las clases y dormir en la biblioteca. Pero en ese caso hubiese sido mejor permanecer en casa.

-Ongsa, es tu segundo día y ya pareces zombie.- Charoen la tomó del rostro y la observó de cerca.- ¿Te has desvelado otra vez? Ya hemos hablado de eso, cuando lo haces no podemos siquiera mantener una conversación decente.

-No pude dormir, eso es todo.- Bostezó y recostó su cabeza en la mesa.

-¿Cuál es la razón? ¿Te quedaste despierta para conseguir boletos para Imagine Dragons?- Tin preguntó esta vez.

-¿¡Qué!?- Se irguió de golpe. Su corazón latía con velocidad.- ¿Era hoy?- Se puso de pie y comenzó a buscar la tienda de tickets online en su teléfono.

-No, era solo una broma. ¿Por qué no has dormido?

-¿Desde cuándo es eso algo importante?- Se echó sobre la silla, tratando de controlar su casi ataque cardíaco.

-No lo sé, somos demasiado chismosos. Ahora dilo.- La apresuró.

-No pude dormir bien, no hay una razón en...- Se quedó callada. Sun estaba entrando en el salón, tan radiante como siempre.

De repente creyó que todo tenía más color. Ese era un efecto que provocaba al entrar en cualquier lugar.

-Oh, ahí viene la razón.- Sus amigos rieron.- ¿Vas a ir con ella o no?- Tin la tocó para que reaccionara.

-¿Debería?- No sabía si era lo correcto. Es decir, lo era, pero era demasiado cobarde para tomar la iniciativa.- Lo siento.- Se levantó de golpe al ver las miradas asesinas de sus amigos.

Caminó a paso lento, teniendo el par de ojos sobre ella, que brillaban con intensidad.

-Hola.- Se paró frente a la castaña con timidez. Evitó el contacto visual, pues no lo pudo sostener por mucho tiempo.

-Buenos días.- Sun se acercó y le dió un pico, que hizo toda la sangre de Ongsa correr hacia sus mejillas. Cerró los ojos sorprendida y levantó ambas cejas. Sus compañeros comenzaron a gritar y burlarse de ellas amistosamente.

Cuando se separaron, después de unos segundos, su pecho bajó de golpe. Abrió los ojos lentamente y sus miradas se encontraron.

Sun estaba orgullosa de aquél pequeño saludo. Y Ongsa, era una bolita llena de bochorno y retraimiento.

-Lo prometimos anoche.- Le recordó. Sin más, caminó a su asiento y comenzó a hablar con sus amigas, como si nada hubiese ocurrido.

Ongsa, no podía reaccionar. Sus amigos la socorrieron y la llevaron hasta su mesa. El resto del horario de clases, lo pasó con ambas orejas rojas y las mejillas pintadas de un débil escarlata.

Tenía la cabeza en la luna, por tal motivo, no escuchó lo que la profesora decía. Prefirió poner su destino en manos del universo, pues tampoco les pediría algo muy complicado, ¿no? Después de todo, no podía pensar claramente.

Milky Way // (Ongsa + Sun) (Milk + Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora