XXXII

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Luego fueron a la zona de baño, donde otros elefantes esperaban jugar.

Algo bueno que habían descubierto, es que todos los animales al tener su propio horario, no eran movidos de una zona a otra para participar en todas las actividades. De esta forma, el personal del santuario se aseguraba de que todos los ejemplares disfrutaran sus días sin estrés.

Les entregaron mangueras y cubetas, que pudieron usar para mojar a los elefantes.

Algunos de ellos los salpicaban, otros reboleaban agua por doquier, y otros disfrutaban más ser untados en lodo en la orilla del río.

Aunque se mojaron bastante, tuvieron tiempo de secarse al aire libre, cuando regresaron al recinto de entrada. Pudieron tomar la merienda desde una colina en lo alto, donde veían a los hermosos elefantes disfrutar de su día como lo hacían siempre.

Era una vista majestuosa que sin duda, todos recordarían por siempre.

Ongsa estaba agotada, y no era para poco. Sus débiles piernas no podrían andar más que para ir al auto.

Aunque Sun se encargó de alimentarla entre besos.

-Quisiera vivir en un lugar así.- La pelinegra no podía parar de soñar despierta, y no era para menos.

-No puedes tener una casa aquí.- Sun sacó otro sándwich y se lo llevó a la boca.

-Si pudiera ser un animal, definitivamente sería un elefante.- Asintió segura de su elección.

-¿Por qué?- Le acercó la comida a Ongsa, y le permitió morder un poco.

-No problemas, solo ser lindo y rebolear mi trompa.- Sun soltó una carcajada ante su comentario.

-No es tan fácil. La mayoría de ellos sufrieron por mucho tiempo antes de ser rescatados.

-Pero yo también he sufrido mucho, así que entonces ya soy un elefante.- Intentó verle el lado positivo.

Sun quedó en silencio.

-Pero todavía no fuiste al doctor, así que no estás a salvo aún. Razón por la cual, todavía no eres un elefante.- Nuevamente, había ganado.- Pero no importa, pronto lo serás.- Dejó un beso en su mejilla, y caminó hasta el grupo de adultos, sentados en unas bancas a lo lejos, para tomar un poco de agua.

-Luna es realmente cercana a ella, siento que debería llevarla a las salidas de ahora en adelante.- Sadak rió.

-Bueno, no será difícil. Después de todo- Nop interrumpió a su esposa disimuladamente.

-Sun, toma otra botella más.- La animó a tomar dos, y luego le dió una rápida mirada a su esposa, negando.- Dile a Ongsa que no olvide nada en el suelo. Ya tendremos que irnos en unos minutos.- La castaña asintió, y fue hacia su novia nuevamente.

Mientras tanto, la interacción entre Aylin y Luna no podía pasar desapercibida para el padre de la menor. Quien estaba seguro que eran grandes amigas, aunque aquellos gestos invasivos de la más baja, no dejaban de ser demasiado cariño a su parecer.

Dejó de prestarles atención cuando vió, por enésima vez en el día, que su hija no se veía para nada incómoda con su actuar.

-Tontos niños.- Ongsa refunfuñaba, pateando una roca de camino hacia el auto.

-Ongsa, son niños, no puedes estar molesta por eso.- Intentaba hacerla entrar en razón.

No habían podido entrar al centro educativo, pues estaban acondicionando el lugar para recibir a unos pequeños de un colegio de la capital, ese mismo lunes.

-Podemos regresar otro día si quieres.- Acariciaba la espalda de la más alta en consuelo.

-¡Tienen pantallas interactivas! Esos niños las usarán antes que yo.- Continuaba maldiciendo, sin severidad, a los pequeños.

Milky Way // (Ongsa + Sun) (Milk + Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora