Prólogo.

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El emigrante es como un paracaídas, nunca permanece estático en un solo lugar.

Es asombroso cómo la vida se parece a un viaje sin mapa. Avanzas constantemente y, de repente, te encuentras en un lugar inesperado, sin saber exactamente cómo llegaste allí.

Es sorprendente cómo lo que parecía ser un país próspero puede ser destruido brutalmente por un gobierno autoritario y un presidente que actúa como un dictador. Esto ha obligado a más de siete millones de venezolanos a emigrar en busca de una vida mejor para ellos, sus familias y el futuro de sus hijos.

Esto nos conduce a enfrentar asesinatos, humillaciones, una devastación emocional y una profunda soledad, junto con el dolor ardiente de abandonar todo lo que alguna vez fue hermoso.

Últimas noticias:" ¿Zaira Carruyo, la próxima Miss Universo en algún futuro? "

" Zaira Carruyo, una de las mujeres más bellas y prometedoras en la historia del Miss Universo de Venezuela 2024. "

Zaira Carruyo...

Zaira Carruyo...

Todo parece un sueño.

Nicolás Maduro vuelve a ganar las elecciones presidenciales en Venezuela. Más de tres mil Venezolanos repartidos por el mundo, cruzando la selva del Darién, la frontera de México, viajando hacia Chile, Argentina u otros países en busca de una vida mejor.

Hasta que despiertas de la forma más brusca posible.

Zaira Carruyo, una de las mujeres más prometedoras para el Miss Universo, es ahora una de las miles de personas que día a día abandonan Venezuela para cumplir sus sueños fuera de la patria.

Chile, Rancagua.

La buseta Manzanal se detuvo frente a mí. Subo, pague al chofer con una moneda de quinientos y me encaminé por los asientos milagrosamente vacíos hasta casi los últimos. Me tumbé dejando el bolso en el asiento junto a mi. —Al fin.

Mis ojos pesan y hoy tampoco ha sido el mejor día. Me descubrieron saltándome la última clase y salí más tarde. Juro que todo tiene explicación. Me quedé dormida en la biblioteca.

Sí, qué original.

Y para rematar mi bello día.

Miré extrañada la ventana cuando sentí la buseta detenerse para dar la vuelta. Alarmada, me giré hacia una chica que estaba metida en el teléfono.

—Pss, pss, amiga —me incliné un poco hacia ella, que estaba en el asiento al otro lado, junto a la otra ventana, y musité con nerviosismo—. ¿Sabes por dónde va este bus?

Dios mío, Zaira, claro que sabe, lo debe tomar siempre, estúpida.

—Pues esta pasa por Don Mateo —respondió amablemente. Observé por la ventana alarmada y me levanté tocando el timbre repetidas veces para bajar.

—¡Aquí, por favor!

Pero no pareció escuchar a pesar de que el timbre suena.

—Parece que no escucha —dijo un chamo castaño a mis espaldas, mirando hacia el chofer.

—¡Aquí, amigo! —insistió la chama y el chico, que sigue tocando el timbre del bus.

Pero nada.

—¡NOJODA, AQUÍ, NOS BAJAMOS AQUÍ!

—¡PUES BÁJESE Y NO GRITE! —replicó amargamente el mamaguevo del chofer, deteniéndose de golpe y casi haciéndome caer si no fuera por el chico que me sostuvo antes de irme hacia atrás al piso. Las puertas  se abrieron y agarré mi bolso para bajar rápidamente.

Más Allá De Las Fronteras. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora