3. Que se encienda la guerra.

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Si Mason quiere una guerra, guerra va a tener y si, estoy que lo mato a coñazo.

Zaira.

La vibración del celular me sacó de mi quinto sueño, me tapé la cara con la almohada. Mis papás jamás llaman tan temprano, y menos mi hermano. La vibración se detuvo, pero al instante volvió, haciendo que incluso Sirius levantara la cabeza.

—... Dios mío. —me enderecé con molestia y tomé el celular, quitando el cargador. Era James.

—Zaira, ¿qué carajos pasó?

—No sé, yo estaba dormida.

—Hablo en serio —sonó furioso—. Hay un post sobre ti en las redes del instituto.

Fruncí el ceño con genuina confusión.

—¿Qué? Ya va —puse el altavoz y revisé lo que me mandó a mensajes. Era una foto mía tomada cuando estaba hablando con Mason, y él me besó la mejilla mientras le sonreía.

Vi el post y tuve que irme al traductor, ya que había palabras que no lograba traducir mentalmente.

"Al parecer Mason tiene una nueva conquista. Zaira y Mason, la nueva pareja del año. Sin duda que cada conquista es mejor."

Perfil de Matthew Allen.

—...

—Zaira, ¿qué carajos? —inquirió James con una voz molesta—. ¿Qué fue lo que hablaron ayer? Quiero que me expliques ahora —no pidió, exigió, y lo escuchaba furioso.

—Ya va... —miré otra vez el post, incrédula, y sus palabras se me vinieron a la cabeza: "Te arrepentirás".

—Ay Mason, ese maldito me jugó chueco, y el otro maldito... —golpeé la sábana con frustración.

—Ve preparándote. Yo pasaré por ti para ir al instituto —dijo James, firme.

—No hace falta, iré caminando...

—Hazme caso, Zaira. —y colgó.

Miré el celular anonanada. Cualquier rastro de fatiga o sueño ya se fue. Agarré la almohada y la pegué a mi rostro, soltando un grito ahogado en ella y de golpe me levanté a prepararme sin más opción.

...

—Hola, hola a todos —saludó James, cargando a Lambi y Akira. Lupi le ladraba, y Sirius, siendo el más grande, quería que lo cargara. Sonreí al ver la escena y me acerqué a él. James bajó a las mascotas y me sonrió-. Más que vivir en mi casa, parece que vivo aquí por tanto pelo que me llevo en la ropa.

Solté una carcajada suave y negué con la cabeza.

James saludó con caricias a Sirius y Lupi, y luego se centró en mí. Acomodó un poco mi camisa y la observó detenidamente.

—Volviste a robar las camisas de tu hermano.

—Una lavadita y ya quedan como nuevas —respondí con una sonrisa.

Fui a la habitación a buscar mi bolso y tomé mi celular de paso.

—¿Y qué tal van las cosas con Sirius? —lo escuché preguntar desde la sala.

Respiré profundo y volví a salir de la habitación para tomar las llaves de la casa.

—Mi mamá me dio un ultimátum —James miró al perro antes de que cerrara la puerta—. Él ha estado muy inquieto, ha dañado cosas, y si va al parque, se lanza en cada charco que ve.

Más Allá De Las Fronteras. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora