Agony

253 20 1
                                    

En una parte lejana de Japon en una pequeña aldea simpatica para aquellas personas que pasaban por primera vez, a las afueras convivian una peculiar familia que por fachada se podrìa manifestar que era una familia perfecta sin nada que aparentar. Allì se alojaban una hermosa y pequeña dama , con un corpulento hombre como esposo y sus 7 queridos hijos quienes destacadan eran los dos primeros hijos Sanemi un distinguido pequeño con una peculiar cabellera color blanca siendo el ùnico hijo con esa característica y su hermano menor Genya un pequeño tímido y tierno, siendo el consentido del mayor.

A ellos dos nunca los podría ver separados en la aldea o en su propia casa, tenían un fuerte vínculo irrompible como si estuvieran amarrados el uno al otro. Ningún lugareño se imaginaba que dentro del bosque en esa vivienda tan apartada se vivía un infierno. Golpes, gritos y maldiciones se podìan escuchar a cualquier hora de parte de Kyogo el padre de los niños hacìa su esposa que por el mínimo error que cometiera tanto ella o sus hijos, descargaba toda su ira contra ella maltratandola en frente todos los hermanos, quienes por miedo nunca se interponìan sabìendo que si hacìan algo serìa peor para su madre, pero este dìa no serìa como los otros el mayor de todos Sanemi con toda su ira acumulada se abalanzó contra su padre con un cuchillo a mano clavándole en el brazo derecho donde sostenía la cara de su madre toda herida, llorando y suplicando que pare. Sin más Kyogo reaccionó de la peor manera gritando de dolor y tirando al peliblanco al piso dándole una puñetazo en la cara.

-¡Hijo de perra! ¡Quìen mierda te crees? no te metas donde nadie te llama o a TI te ira peor que esta zorra estúpida que no sabe ni hacer la mínima cosa - Kyogo grito con una voz tan fuerte e imponente que hasta el mayor de los hermanos tembló de miedo.

-Por favor padre ¡Para! mamà no soportara más, está demasiado herida ¡no lo ves! -Dijo el mayor con una voz temblorosa llorando por su querida madre suplicando piedad a aquel monstruo llamado padre, aunque sabía que nunca se detendría le dolía ver a su madre en ese estado tan deplorable y peor que sus hermanitos vean esa brutal escena cada dìa sin descanso alguno.


Como respuesta hacia tal ataque de su hijo, agarró al peliblanco dándole otro golpe en el estomago, dejándolo sin aliento. Continuando aquel hombre empezó a gritarle de nuevo al menor con coraje y resentimiento - ¡Callate mocoso de mierda! y ni siquiera pienses en llamarme padre, tu pelo demuestra que tu madre es una perra cualquiera acostándose con los hombres que se le crucen y TU explicas eso.

-Pensándolo mejor, tengo una idea de cómo debes aprender a domesticar a estas zorras, aunque dudo que seas mi hijo de algo debes aprender de mi. -Mirò Kyogo al peliblanco con una sonrisa siniestra que expresaba intenciones sàdicas y enfermizas. De pronto agarró a Sanemi y a su esposa llevándolos a otra habitación a fuerzas. Al llegar tiró a los dos al suelo, empezó a amarrar al menor a un estante dando vista a toda la habitaciòn. Nadie tenía idea de cómo ese día sería el peor recuerdo que tendría Sanemi. Toda una pesadilla comenzo vio como su querida madre era abusada s3x4almente por su padre, tan solo escuchar los gritos de dolor de su madre por la tortura fisica que le hacìan era tan solo inolvidable.

Ver eso teniendo solo 8 años de edad, viendo como su madre era profanada de tantas formas posible, le hacía sentir asco de si mismo, llorando por su madre y por el mismo, querìa que ese maldito bastardo muriera y desapareciera de sus vidas, solo queria ser feliz con una perfecta familia, su madre y sus queridos hermanitos...

"Un extraño para mis ojos"


-------------------------------------------------------------------------------------------

Quisiera decir que esta obra serà actualizada en cuanto tenga tiempo pero 

de que serà terminada lo estarà no esperen mucho de mi es mi primera historia en este mundo 

tan diverso. CUIDENSE!

Killing me SoftlyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora