CAPITULO 11 - EL REGRESO

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Un grupo de diez escoltas, un mayordomo y un eunuco iban camino a las afueras del pais.

Una semana completa duró el trayecto de ida. Al llegar a las enormes puertas de una fortaleza, fueron recibidos por otra escolta de elite.

Los que resguardaban las puertas de aquel lugar, observaron las banderas e inmediatamente los hicieron pasar.

La carreta junto a los caballos se detuvieron frente a unas escaleras a la entrada de aquel recinto enorme.

El general bajó de su caballo haciendo sonar su armadura por el impacto, subió quitándose en el trayecto su casco de armadura. Su capa azul cobalto se ondeaba en su ancha espalda por su velocidad.

Se detuvo una vez se encontró frente aquellas enormes puertas de acero.
El viento soplaba y el cielo estaba gris, probablemente dentro de un rato caería la lluvia.

Las puertas rechinaron abriendose de par en par. De repente, dos hileras de soldados salieron de manera ordenada y marchando, uniformados y bien adiestrados.

Hicieron una hilera horizontal, descansando sus manos en el mango de sus espadas.

Enseguida salió el comandante que dirigía aquella institución, caminando a paso normal.

Caminó hasta aquel general que había llegado y le extendió la mano.

– General Kim Namjoon– dijo el comandante.

El general le tomó la mano y la apretó a manera de saludo.

– Comandante Son Seok-koo– dijo el general Kim, haciendo un asentamiento de cabeza.

Ambos hombres con semblante serio e intimidante se hicieron a un lado para esperar a la persona que venia hacia ellos.

Los pasos eran pausados, Pero seguros. Su armadura militar y su estatuilla en la parte del pecho, símbolo de que era un soldado de elite, relucía con orgullo en él.

Entonces, la voz del comandante se escuchó fuerte y firme, dirigiéndose hacia los soldados formados.

– ATENCIÓN!.... EN GUARDIA! – gritó con fuerza.

Los soldados giraron con sincronía y rectitud hacia el lado de aquellas puertas. Luego, marcharon para quedar en posición vertical, dos hileras a las afueras de esa puerta.

Los pasos de aquella persona se detuvieron justo a un paso de cruzar aquella puerta, esperando lo que el comandante dictara.

– EL CABALLERO JEON JUNGKOOK! TERMINA SU ENTRENAMIENTO EL DIA DE HOY! CRUZARÁ ESA PUERTA SIENDO NUEVAMENTE EL PRINCIPE DE NUESTRO REINO! – Dijo dignamente aquel hombre.

– ATENCIÓN! RECIBIMIENTO DE LA CORONA! YA! – Y los soldados desenvainaron sus espadas colocándolas firmemente pegadas a su pecho.

El principe salió a paso rítmico con su casco bajo su brazo. Conforme caminaba entre aquellos soldados, estos reverenciaban sus cabezas con sincronía.

Llegó hasta el comandante parándose frente a él.

– Espero que tenga un buen viaje Su Alteza, recuerde que podrá contar con la fortaleza y todos sus soldados cuando guste. Fué todo un honor ser parte de su educación. – finalizó el hombre haciendo una profunda reverencia.

El príncipe solo asintió y le ofreció la mano en saludo. El hombre la tomó y luego de eso dió unos pasos hacia atrás para darle espacio al general Kim de llegar al príncipe.

El principe se mantenía en su lugar con una expresión seria y dura.

– Principe bienvenido, soy su nueva escolta, general Kim Namjoon a su servicio– reverenció al príncipe profundamente– yo me encargaré de llevarlo sano y salvo a su hogar.

DEVIL KRIMSON Donde viven las historias. Descúbrelo ahora