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El tiempo pareció detenerse para JiHyo en cuanto vio a un doctor acercarse hacia ella, había visto las suficientes películas como para saber que cuando un doctor se sentaba junto a quien debía darle una noticia esta iba a ser mala

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El tiempo pareció detenerse para JiHyo en cuanto vio a un doctor acercarse hacia ella, había visto las suficientes películas como para saber que cuando un doctor se sentaba junto a quien debía darle una noticia esta iba a ser mala. El corazón de JiHyo dolía, y la mayor no hablaba, sólo miraba los papeles que tenía en sus manos. En cuanto el doctor la miró, sólo negó con su cabeza lentamente un par de veces. El corazón de JiHyo se detuvo, parecía que todo a su alrededor se había congelado, a pesar de no comprender a que se refería la mayor su mundo parecía que caía en sus pies con tan solo verlo negar con la cabeza. Sus manos temblaban y de la nada habían aterrizado en su mente recuerdos con SaNa, cuando se enteraron que la mayor estaba en cinta, cuando completaron su lazo, cuando descubrieron que sus bebés estaban bien y sobre todo la cantidad de veces que SaNa le había sonreído mientras dejaba que ella acariciara su abdomen. Las lágrimas de la alfa estaban a punto de salir, pero necesitaba saber que había perdido, necesitaba saber si SaNa estaba bien, necesitaba saber si su omega estaba viva. Necesitaba escuchar que al menos habían logrado salvar a su omega.

JiHyo se despertó al sentir como la movían con algo de brusquedad, frunció el ceño y abrió sus ojos, viendo allí a TzuYu. Le había escrito minutos antes diciendo que estaban en el hospital y que no tenía noticias de SaNa y mucho menos de sus bebés. TzuYu salió lo más rápido que pudo de su casa para ir al hospital a ver a su amiga, NaYeon había ido con ella a pesar de las negaciones de la mayor.

— ¿Qué sucedió? —Preguntó la mayor, sentándose junto a la menor

— No lo sé —Suspiró— Aún no me dicen nada.

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