Prólogo

4.3K 354 28
                                    

En el bullicioso paddock de la Fórmula 1, donde el rugido de los motores se mezclaba con las risas y los gritos de los ingenieros y aficionados, Max Verstappen se encontraba observando a Sergio Pérez con una mezcla de fascinación y frustración. Desde el primer momento que vio al mexicano, Max supo que algo en él despertaba un deseo profundo, una atracción que trascendía las barreras normales.

Checo, como todos lo llamaban, era carismático y enérgico. Max lo veía interactuar con su equipo y con otros pilotos, hablando con fluidez en un idioma que no entendía del todo, pero que encontraba melódico y atrayente. Era durante las celebraciones en el podio cuando Max sentía una conexión más intensa; cuando Checo se quitaba el casco y su rostro se iluminaba con una sonrisa contagiosa, o cuando ambos se empapaban mutuamente de champán en celebraciones compartidas de victorias épicas.

Pero detrás de esa atracción innegable, había una tensión palpable. Max había presionado a su equipo para que reclutaran a Checo, sabiendo en su corazón que quería tenerlo cerca, no solo como compañero de equipo, sino en un nivel más profundo y personal, quería que fuera de él. Sin embargo, cada vez que intentaba acercarse, las cosas se volvían complicadas. Las conversaciones terminaban en disputas o Max se retiraba molesto, incapaz de expresar lo que realmente sentía.

Finalmente, llegó un momento decisivo. En un momento de frustración, donde el neerlandés no soporto ver a Checo con alguien más, en especial con el dúo de hispanohablantes, Max confrontó a Checo, sin dejarle alternativas. Lo amenazó con una elección difícil: permanecer en Red Bull y cumplir con sus deseos o irse definitivamente de la F1.

play with fire  || Chestappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora