El día siguiente comenzó con una atmósfera tensa en el paddock. Sergio Pérez, conocido por todos como Checo, fue citado a la oficina de Christian Horner. Mientras caminaba hacia allí, se sentía como un estudiante que había sido llamado a la oficina del director. El corazón le latía con fuerza y la mente le jugaba malas pasadas, imaginando todo tipo de escenarios.
Al llegar a la recepción, vio a Alice, la asistente de Christian, que le sonrió con amabilidad.
─Alice, ¿sucedió algo? ─preguntó Checo, intentando sonar casual para calmar sus propios nervios.
Alice dudó un momento antes de responder─. No lo sé, aunque no creo que sea nada malo ─mintió, pero Checo notó la falta de convicción en su voz, lo que aumentó su ansiedad.
Al entrar a la oficina, su corazón se agitó al ver la cara seria de Christian. El ambiente era pesado, cargado de una tensión palpable.
─Toma asiento ─pidió Christian, señalando la silla frente a su escritorio. Checo obedeció sin dudar, aunque su mente corría a mil por hora.
─¿Pasa algo? ─ preguntó Checo, su voz apenas disimulando su nerviosismo.
Christian respiró hondo antes de comenzar─. Sergio, tu rendimiento últimamente no ha sido bueno. ─Hizo una pausa, como si buscara las palabras correctas─. Por lo que hemos tomado una decisión el consejo y yo.
Checo sintió que su corazón se detenía. Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas que luchaba por contener.
─Debido a que en el contrato se estipuló sobre tu rendimiento y no has cumplido con lo esperado, nos vemos en la necesidad de suspender el contrato.
Las palabras de Christian cayeron como una losa sobre Checo. Sentía que su mundo se venía abajo. Había tenido una mala racha, pero nunca imaginó que podría llevarlo a esto. Estaban echándolo de la escudería.
─Chris ─habló Checo, su voz temblorosa─. Puedo mejorar, lo voy a hacer.
Christian asintió con una expresión de pesar─. Esto es una pena, Sergio. No es una decisión que hayamos tomado a la ligera, pero debemos pensar en los mejores intereses del equipo.
Checo bajó la mirada, tratando de asimilar lo que acababa de escuchar. La realidad de perder su asiento en Red Bull, el equipo por el que había luchado tanto para entrar, era un golpe devastador. Su mente recorría todos los momentos en que había dado lo mejor de sí, todas las veces que había puesto su corazón y alma en cada carrera.
─¿No hay nada que pueda hacer? ─preguntó finalmente, sabiendo que la respuesta probablemente no cambiaría.
Christian negó con la cabeza─. La decisión ya está tomada. Te agradecemos todo tu esfuerzo y dedicación, pero debemos seguir adelante.
Checo se levantó lentamente, sintiéndose abrumado por una mezcla de tristeza y desilusión. Sabía que esto no era solo un golpe profesional, sino también personal. Había desarrollado un profundo cariño y respeto por el equipo, y ahora se encontraba ante la dolorosa realidad de tener que irse.
Al salir de la oficina, sintió que las miradas de todos en el paddock estaban sobre él, como si supieran lo que acababa de suceder. La presión en su pecho se hizo casi insoportable mientras caminaba, tratando de mantener la compostura. Tenía que pensar en su futuro, en cómo superar este obstáculo y demostrar que todavía tenía mucho que ofrecer.
Pero por ahora, lo único que podía hacer era enfrentar la realidad de que su tiempo en Red Bull había llegado a su fin.
El mismo día que Sergio recibió la devastadora noticia sobre su contrato, Max Verstappen también fue notificado de la decisión de Red Bull. Al principio, pensó que era lo mejor. Había sido él quien había presionado para que Checo dejara el equipo, impulsado por una mezcla de celos y frustración. Pero ver al mexicano sin su habitual sonrisa en el entrenamiento cambió algo dentro de él.
Mientras los pilotos se preparaban en el paddock, Max observó a Checo desde la distancia. Lo vio sentarse en el suelo, con la mirada perdida en la pista. Era una imagen que nunca había asociado con el alegre y optimista Checo que conocía.
Decidido a hablar con él, Max se acercó, aunque se sentía incómodo. Una parte de él sabía que tenía la culpa del dolor de su compañero.
─Checo ─llamó Max, su voz llena de una mezcla de inseguridad y arrepentimiento.
Checo levantó la vista y le dedicó una sonrisa triste─. Supongo que ya oíste la noticia ─dijo, su tono resignado mientras volvía a bajar la cabeza─. Anunciarán mi baja después de esta carrera. ─Mordió su labio, tratando de contener sus emociones─. Sé que fue poco tiempo, pero fuiste un gran compañero ─añadió, mirándolo con una sonrisa nostálgica.
Max sintió una punzada en el pecho al ver la vulnerabilidad en los ojos de Checo. Se sentó a su lado, buscando las palabras correctas.
─Y si te digo que puedo hacer que no te vayas ─dijo finalmente, su voz más suave de lo que pretendía.
Checo levantó una ceja, sorprendido─. ¿En serio puedes hacer eso?
Max asintió, sentándose a su lado─. Eso sería fantástico ─Checo sonrió, su rostro iluminándose por un momento mientras abrazaba a Max─ .Gracias, Maxxie.
─De nada ─susurró Max, sosteniendo a Checo en sus brazos por un instante que deseaba no terminara nunca.
El entrenamiento continuó, pero la mente de Max estaba en su próxima misión. Sabía que tenía que hablar con Christian nuevamente, aunque no estaba seguro de cómo lo recibiría.
Al terminar el entrenamiento, Max se dirigió a la oficina de Christian una vez más. Al entrar, notó la tensión en el aire. Christian levantó la vista, claramente exasperado.
─Esto no es un juego, Max ─dijo Christian, frotándose los ojos al oír la petición del neerlandés—. ¿Sabes cuánto me llevó convencer al consejo?
Max respiró hondo, sabiendo que tenía que ser honesto─. Lo sé, Chris. Pero cometí un error. Checo merece estar aquí. Es un gran piloto y ha demostrado su valor una y otra vez.
Christian lo miró con una mezcla de frustración y sorpresa─. Max, no puedes cambiar de opinión así como así. Hay contratos, decisiones, y muchas otras cosas en juego.
─Entiendo ─replicó Max, tratando de mantener la calma─. Pero también sé que Red Bull se preocupa por tener a los mejores pilotos. Y Checo es uno de ellos. Por favor, reconsidera. Haré lo que sea necesario para que esto funcione.
Christian suspiró, sabiendo que Max no se rendiría fácilmente. Había visto la determinación del joven piloto muchas veces antes y sabía que cuando Max se proponía algo, rara vez retrocedía.
─Está bien ─dijo finalmente─. Hablaré con el consejo nuevamente. Pero no te prometo nada, Max. Esto es complicado y podría no salir como esperas.
Max asintió, agradecido por la oportunidad─. Gracias, Chris. No te arrepentirás.
Al salir de la oficina, Max se sintió un poco más ligero. Sabía que había hecho lo correcto, aunque las cosas todavía estaban en el aire. Miró hacia el paddock, donde Checo estaba hablando con algunos miembros del equipo, y sintió una renovada determinación de luchar por su compañero. Esta vez, no iba a dejar que sus celos y temores se interpusieran en el camino.
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play with fire || Chestappen
Fanfiction"Haré todo lo que esté a mi disposición para hacerte mío. No me importa si no quieres"