capítulo 12. Limpiar imagen

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El ambiente en la casa de Mónaco de Max estaba lleno de risas y felicidad. Los días se llenaban de momentos tranquilos y compartidos, como cuando estaban sentados en el sofá, disfrutando de una película. Max se reía mientras comía palomitas de un bol, disfrutando de la compañía de Checo.

─¿Cómo te fue la semana pasada con la terapia? ─preguntó Max, tomando otra palomita y llevándosela a la boca.

─Bien ─respondió Checo, aunque su tono era tenso y su cuerpo estaba rígido ante la pregunta.

─Me alegro ─dijo Max, sonriendo mientras ponía la película en play.

Pero antes de que la película pudiera avanzar, escucharon un golpe en la puerta. Ambos se miraron, extrañados.

─¿Esperabas a alguien? ─preguntó Max, frunciendo el ceño.

─No ─respondió Checo, levantándose del sofá junto a Max.

Al abrir la puerta, vieron a varios policías parados afuera, sus rostros serios y profesionales.

─¿Max Emilian Verstappen? ─preguntó uno de ellos, mirando a Max directamente.

─Sí ─respondió Max, su ceño fruncido en confusión.

─Arrestenlo ─ordenó el policía, sacando las esposas.

─¿Qué mierda sucede? ─exclamó Max cuando los policías le empezaron a poner las esposas, su tono lleno de incredulidad y enojo.

─Queda arrestado por abuso sexual a Sergio Michel Pérez Mendoza ─dijo el policía con firmeza, mientras Max miraba a su novio con ojos llenos de confusión y traición.

─¿Checo? ─preguntó Max, su voz temblando de incredulidad, sintiendo la traición como un golpe físico.

Checo también parecía confundido y horrorizado, intentando detener a los policías.

─Esto es un malentendido ─dijo Checo, desesperado─. Por favor, deténganse.

Pero los policías continuaron, ajenos a las súplicas de Checo. Mientras Max era llevado hacia el auto patrulla, sus ojos nunca se apartaron de Checo, llenos de dolor y traición. Checo, por su parte, sentía que el mundo se desmoronaba a su alrededor, sabiendo que revelar lo sucedido en aquella sesión de terapia había desencadenado este desastre.

En su mente, Checo repetía una y otra vez que había cometido un error, que nunca debió hablar sobre el abuso en la sesión de terapia. Pero ahora, la realidad lo golpeaba con fuerza: había perdido a Max y la vida que habían construido juntos. La casa que había estado llena de risas y felicidad ahora se sentía vacía y fría, reflejando el tumulto emocional que ambos estaban experimentando.

Checo se quedó parado en la puerta, mirando cómo se llevaban a Max, su corazón roto y su mente llena de arrepentimiento y culpa.

Los días pasaron y la noticia se volvió viral, convirtiéndose en el foco de atención de todos los medios. La prensa acosaba a Checo sin piedad, buscando obtener declaraciones exclusivas y alimentando las especulaciones sobre su relación con Max. Cada salida de casa era una tortura, con cámaras y micrófonos invadiendo su espacio personal, preguntas incisivas y flashes cegadores.

Checo había intentado desesperadamente retirar la demanda que la terapeuta había puesto en contra de Max. Había acudido a Chris Horner, quien había usado todas sus influencias para detener el proceso. Afortunadamente, lograron demostrar que una terapeuta no podía encarcelar a alguien sin el consentimiento explícito de la víctima, y la demanda no había prosperado. Sin embargo, el daño a su reputación y a su relación ya estaba hecho.

play with fire  || Chestappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora