Capítulo 2. O él o yo

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El sol brillante de Silverstone hacía que todo se sintiera más intenso. Los motores rugieron y las emociones se dispararon a lo largo de la pista. Max Verstappen había dado todo en la carrera, pero una vez más, Lewis Hamilton cruzó la línea de meta antes que él. Al detenerse en el pit lane, Max se quitó el casco con frustración. Su mente no estaba completamente en la carrera; seguía dándole vueltas a la imagen de Checo hablando a solas con Carlos Sainz antes de la carrera. Los había visto juntos, demasiado cerca y tomados de la mano, y eso lo enloqueció.

Mientras se dirigía al vestuario, su mente ya anticipaba la inevitable llamada de su padre, Jos Verstappen. Conocía muy bien el patrón: elogios mezclados con críticas feroces, sobre todo después de un segundo lugar.

─Max ─la voz de Christian Horner lo detuvo en seco. El director del equipo conocía muy bien la actitud del neerlandés y podía leer su expresión─. ¿Estás bien?

─Me tomaré un momento ─respondió Max, apenas controlando su frustración mientras se dirigía al baño.

Había hecho todo lo posible para mantener a Carlos Sainz lejos de Checo, incluso influyendo para que no renovara su contrato. Pero incluso así, Carlos seguía merodeando cerca, robando momentos que Max deseaba para sí mismo.

Mientras se lavaba la cara en el baño, tratando de calmarse, la puerta se abrió y la voz de Checo rompió el silencio.

─Max ─la voz de Checo, usualmente tan tranquilizadora, ahora solo añadía a su tormento─. Lo hiciste bien ─dijo Checo, tratando de animarlo─. Vamos, amigo, yo ni siquiera estuve entre los primeros diez o los quince ─se rió, intentando aliviar la tensión.

─Largo ─respondió Max, su tono cortante mientras el agua fría goteaba por su rostro. Odiaba admitir que la voz de Checo, incluso en ese momento, lo hacía sentir un poco mejor.

Checo se quedó en silencio por un momento, sorprendido por la dureza de Max. Pero, en lugar de irse, dio un paso adelante.

─Max, no puedes dejar que esto te consuma. Eres uno de los mejores pilotos de la parrilla.

Max cerró los ojos, dejando que las palabras de Checo se filtraran en su mente. Sabía que tenía razón, pero no podía evitar sentirse atrapado en un ciclo de expectativas imposibles y deseos no expresados.

─Lo sé ─respondió finalmente, su voz más suave─. Solo... necesito un momento.

Checo asintió, comprendiendo la necesidad de espacio. Pero antes de irse, puso una mano en el hombro de Max, un gesto de apoyo silencioso que dijo más que cualquier palabra.

─Estaré afuera si necesitas hablar ─dijo Checo antes de salir del baño.

Max se quedó allí, con el sonido del agua corriendo y el eco de las palabras de Checo en su mente. Odiaba la sensación de impotencia, la envidia y el deseo mezclados en una tormenta emocional. Pero en el fondo, sabía que Checo era una de las pocas personas que realmente lo entendían, y eso era algo que no podía ignorar.

Mientras se miraba en el espejo, Max tomó una decisión. No podía seguir dejando que sus emociones lo controlaran. Necesitaba encontrar una manera de manejar sus sentimientos y, tal vez, algún día, ser capaz de decirle a Checo lo que realmente sentía.

Max salió del baño con la mente hecha un torbellino. La interacción con Checo lo había dejado aún más inquieto, y la frustración acumulada por la carrera y la sombra omnipresente de su padre lo llevaban al límite. En lugar de buscar a Checo, decidió dirigirse directamente a la oficina de Christian Horner. Necesitaba tomar el control de la situación, aunque fuera de la manera más drástica posible.

Encontró a Christian en su oficina, revisando algunos documentos. El director del equipo levantó la vista cuando Max entró, notando de inmediato la determinación en sus ojos.

─Max, tu padre me habló ─comenzó Christian, levantándose de su silla─. Dice que no has contestado y está preocupado...

─Ya no quiero a Checo aquí ─interrumpió Max, su voz firme y sin titubeos.

Christian lo miró, sorprendido y confundido─. ¿Qué? Después de todo lo que hiciste para tenerlo... ─dijo, intentando entender el cambio repentino─. Firmamos un contrato hasta el 2025 por ti.

─Pero ya no lo quiero ─replicó Max, encogiéndose de hombros como si la decisión fuera la más simple del mundo─. O tú decides: él o yo.

Para enfatizar su punto, Max dejó su gorra de Red Bull sobre el escritorio de Christian, un gesto cargado de indignación y desafío.

Christian se quedó boquiabierto, tratando de procesar la situación─. Max...

Antes de que pudiera continuar, Max giró sobre sus talones y salió de la oficina, cerrando la puerta de golpe tras de sí. Su corazón latía con fuerza, una mezcla de rabia y desesperación impulsándolo. Mientras caminaba por los pasillos del paddock, su mente no dejaba de repetir la imagen de Checo y Sainz juntos, esa cercanía que lo volvía loco.

Sabía que sus acciones eran impulsivas y probablemente injustas, pero la sensación de perder el control sobre su vida y sus emociones lo estaba consumiendo. Necesitaba recuperar ese control, aunque fuera tomando decisiones drásticas.

Mientras se dirigía hacia su auto, sintió una punzada de culpa. Sabía que Checo no merecía ese trato, pero la mezcla de envidia, deseo y frustración era una combinación peligrosa que nublaba su juicio. Subió al auto, encendió el motor y se dirigió al hotel, tratando de calmar la tormenta en su mente.

Esa noche, mientras se recostaba en la cama, sus pensamientos seguían girando en torno a Checo. Sabía que había creado un conflicto que no se resolvería fácilmente. La relación con su compañero de equipo y con su propio padre estaba en un punto crítico, y la próxima decisión que tomara podría cambiarlo todo.

Max se quedó despierto durante horas, luchando con sus propios demonios, consciente de que las acciones del día habían dejado una marca profunda en su carrera y en sus relaciones personales. Sabía que tendría que enfrentar las consecuencias, pero por ahora, solo quería encontrar una manera de calmar el caos interno que lo atormentaba. Era un cobarde, tal vez, pero sabía que estaba haciendo lo que su padre haría.

play with fire  || Chestappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora