La morena volcó los ojos mientras mordía con fuerza su labio inferior, tratando de contener sus gemidos. Se sostuvo de la pared con una mano, mientras que la otra acariciaba los rizos del chico Black para acercarlo más a su calor.
Regulus chupó el clitoris de Blair para hacerla gemir, en lo que acariciaba su pierna de arriba a abajo con su mano que estaba sobre su hombro para así tener más acceso a su coño. Blair lo recibió encantada con las piernas abiertas solo para él. Pero debían apresurarse ya que estaban en un salón de clases y en cualquier momento los demás alumnos y profesor llegarían.
—Ah, Reg. —gimió sin poder controlarlo, así que de inmediato se tapó la boca con su mano.
Regulus sonrió contra ella y apresuró los movimientos de su lengua. Penetrándola con la lengua y follándola con ella. También recogió los fluidos de Blair y se los tragó. Solo fueron un par de estocadas más que Regulus dio contra el coño de Blair y ella se corrió sobre la boca de Black.
Él no perdió tiempo y le dio vuelta al delgado cuerpo de la chica. Teniendo el trasero de Zabini a su disposición, suelta un par de golpes en la carne de la muchacha y este enseguida se torna carmesí. Blair gimió gustosa.
—Puta masoquista. —sonrió Black bajándose los pantalones.
Rozó su erecto miembro con los pliegues húmedos de Blair y ambos gimieron ante el contacto. Para no hacer más larga la espera, Regulus la penetró de un fácil estocada hasta llenarla por completo. Blair se sujetó de la muralla en cuando Black la tomó de las caderas para impulsarse y follarla más fácil.
Jodió su apretado agujero una y otra vez sin descanso. A la vez que susurraba guarradas en el oído de la chica para mojarla más y que las penetraciones fueran más rápidas y el esperado orgasmo llegara pronto. Ya podían oír las voces de los alumnos llegando.
—Tan buena, joder. —echo la cabeza hacia atrás para observar como la vagina de Blair se tragaba su polla. Era una obra de arte y una delicia.
Apretó su agarre en su cintura. Su mano libre se metió entre las piernas de Blair y comenzó a jugar con su botón de placer para arrimar su orgasmo. No faltaba nada para que el profesor o un estudiante abriera la puerta y los encontró en medio acto.
—Reg, por Merlin. —giró los ojos y los puso en blanco, llegando al éxtasis.
Un par de estocadas bastaron y ambos sé corrieron. Los fluidos de ambos chorrearon por la piernas de la morena. Así que Regulus la limpió haciendo un rápido movimiento de varita. Y corrieron a sentarse en mesas separadas cuando la perita se abrió.