14. movies - mattheo riddle

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La joven de Ravenclaw se echó a reír por el reciente chiste que había soltado uno de los personajes de la película que estaba viendo junto a su acompañante, el menor de los Riddle, Mattheo

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La joven de Ravenclaw se echó a reír por el reciente chiste que había soltado uno de los personajes de la película que estaba viendo junto a su acompañante, el menor de los Riddle, Mattheo.

Se encontraban en la cama de Blair, en la cómoda posición en la que Mattheo estaba sentado entre el colchón y la cabecera de la cama de la chica, con ella en su regazo con la cabeza en el espacio entre su hombro y el hueco de su cuello mientras disfrutaba de las palomitas y la película. Mattheo bostezo algo aburrido por la película, no entendía como a la morena podía gustarle. Con algo de flojera, enrolló su antebrazo en la cintura de la chica para acomodarla mejor. Extendió sus piernas y las de ella dejándolas abiertas para mejor comodidad.

Blair dejó un beso en su mandíbula y se sonrió para seguir viendo la película. Mattheo notó la mueca de concentración de Blair y rio un poco.

Su mirada se topó con los gruesos muslos de su chica, y se le antojó morderlos y marcarlos con su saliva. Así que su mano emprendió camino desde la cintura de su chica, hasta bajo los cortos shorts que usaba y poder llegar a sus bragas. Con su otra mano le acarició la mejilla y la fue moviendo hasta llegar a su pecho y apretarlo, en lo que dejaba besos húmedos en la garganta y mandíbula de Blair.

Ella jadeó y se removió entre sus brazos ante la manera como y en donde la tocaba y besaba. —Matt, ¿q—qué haces? —cerró los ojos disfrutando la caricias de Mattheo en su feminidad por sobre sus ya humedad bragas.

—Shh, ve la película, mi amor. —susurró en su oído, mordiéndole el lóbulo y lamiéndolo.

Blair enfocó la mirada en la película y trató de mantenerse concentrada en ella, pero con Mattheo no se podía. Él la acarició por sobre las bragas, jugando con su clitoris y sus labios vaginales. Metió la mano en la camisa para pellizcarle el pezón y darle más placer. Al mismo tiempo que mordía la carne de su cuello.

—Mmhm. —gimió la morena sin poder evitarlo, olvidándose por completo de la película.

Mattheo no aguantó más y adentro su mano en las bragas para finalmente tocar su entrepierna. Estaba húmeda y chorreante. Así que no fue problema cuando le metió dos dedos. Ante la lubricación, los dedos de Mattheo entraron con facilidad en su cavidad vaginal.

—Matt. —chilló tomándolo de la nuca para que la besara. Y así fue. El joven Riddle la besó con ferocidad, adentrando su lengua a la cavidad bucal de la chica para follarle la boca con la lengua. Chupo su lengua y mordisqueó sus labios.

Mattheo se separó de su boca para tomarla del cuello para sostenerla y así despegar su espalda de la cabecera de la cama. Se sentó de rodillas e hizo que ella imitara su acción. Sin dejar de meter y sacar sus dedos del coño de Blair, la cogió de las caderas y restregó su trasero contra su polla. Ambos jadearon ante la sensación pero Blair gritó de placer cuando los dedos de Mattheo tocaron su punto G.

—Matt. —ella volteó como pudo, tomando la nunca de este para volver a besarlo—. Fóllame, dame tu polla. Quiero tu polla en mi, quiero sentirte.

—Aún no, amor. —sacó inesperadamente los dedos de su coño y Blair se quejó. Mattheo sonrió y se chupó los dedos, degustando el exquisito sabor de la morena—. Siempre tan dulce.

La tomó de la nuca y la obligó a arquear la espalda y que su pecho tocara el colchón de la cama. Dejó su trasero al aire y murmuró un hechizo para quitarle el short y las bragas, al igual que su camisa, dejándola completamente desnuda. Se deshizo de sus shorts también y el boxer, dejando respirar a su erecta y gruesa polla. Él suspiró aliviado pues pensaba que explotaría en cualquier momento. Con las bragas de Blair en mano, masajeó su pene con estás de arriba a abajo mientras metía la cara entre las piernas de la chica.

Su lengua de un lengüetazo recogió todos los jugos de la morena y se los tragó. Sin para de masturbarse, chupó como si su vida dependiera de ello el clitoris de la joven y luego paso nuevamente su lengua por todo su coño, sacándole varios gemidos. Su mano izquierda que apretaba una de las tetas de Blair viajó por toda la figura de la chica para dejar una nalgada en su trasero y seguir moviéndose para llegar a su coño y estimular su clitoris. Y así poder follarse el coño de su morena. Su lengua encontró el agujero de su feminidad y aprovechó para meter su lengua y así darle más placer a su chica.

—¡Mattheo, carajo! ¡Ah! Voy a correrme. —aviso con la voz entrecortada.

A los segundos, su vientre se contrajo y sus paredes apretaron la lengua de Mattheo, avisando que correría. Y en cuanto lo hizo, el chico se bebió todos sus jugos gustoso. Dejando limpio el coño de Blair, preparó su polla en su entrada y de una estocada la penetró.

Follándola desde atrás con ímpetu gruño ante lo deliciosa que se sentía la cavidad de Blair y como esta lo había recibido con una fuerte apretón a su polla. Gruño cuando esta volvió a apretarlo. La tomó del cuello para alzarla y pegar su espalda sudorosa a su pecho sudorosos.

—Quiero que mientras te follo, mientras mi polla te llena, no apartes ni por un segundo la mirada del aparato ese muggle. Si cierras los ojos o si bajas la mirada, voy a detenerme. ¿Escuchaste? —murmuró entre dientes cada palabra en el oído de Blair mientras la sostenía del cuello, sin dejara de embestirla.

—Sí. —respondió ella casi de inmediato en un gemido—. Merlin, Mattheo. —rodó los ojos poniéndolos en blanco debido la polla del chico llegaba profundamente en su coño—. Ah, sí. Oh, Dios. ¡Mattheo! —gimió y las bolas de Mattheo se tensaron al oírla gemir su nombre.

Mattheo sonrió contento y estuvo atento a Blair, para ver si despegaba la mirada del televisor en algún momento. Pero nunca fue así. Dejó besos y marcas y mordidas en el hombro y cuello de la joven Zabini. Ella lo regañaría pero valdría la pena.

—Te encanta mi pene, ¿verdad, amor? A mí me encanta tu coño. Me aprieta tan rico. Mmhm. Así, vuelve a hacerlo. —pidió y sus paredes lo apretaron sacándole un gemido—. Eso es. —elogió pasando su lengua por la garganta de la chica—. Di que eres mía. Dilo.

—Soy tuya. Solo tuya, Matt. —agarró una de las manos de Mattheo y la llevó a una de sus tetas para que la apretara—. Mmhm.

Mattheo le dio vuelta sin salir de ella y la sentí en su regazo, ahora de frente. La tomó de la cintura y la ayudó a saltar sobre su pene para que diera fuertes estocadas.

—Carajo. Ah. —dijo casi audible dejándose llevar por la excitación. Mattheo se llevó una de sus tetas a la boca mientras dejaba que ella lo follara—. Córrete dentro.

Mattheo sonrió. —¿Quieres que te llene de mi semen, amor? —la beso sin pudor. Y ella asintió.

Su polla palpitó avisándole que estaba apunto de correrse. Y las paredes de Blair igual lo apretaron. Solo fueron un par de estofadas para que ambos se corrieran, y los dos soltaron un alto y largo gemido de satisfacción. Se quedaron en la misma posición un rato, en lo que solo se besaban y se acariciaban.

—Dejaste de ver esa cosa. —susurró bajito y ella se rio.

—No te detuviste. —recordó pasando su mano por el cabello rizado de Mattheo que estaba algo húmedo por el sudor.

—Bueno, tendré que castigarte. —él alzó la mano y la chocó contra la mejilla trasera de la mujer, haciendo que pegara un salto y se arrimara más contra él, pegando sus tetas al rostro del chico. Mattheo la miró a los ojos sonriendo—. Date vuelta, mirando a la pared. —ordenó seriamente—. Quiero ver ese culo rebotando y tu coño tratándose mi polla.

𝙎𝙇𝙔𝙏𝙃𝙀𝙍𝙄𝙉 𝘽𝙊𝙔𝙎 ; one shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora