La noche en Hogwarts es fría. La fuerte brisa golpeabas las murallas del castillo. Esta se colaba por la ventana abierta de la habitación de cierta morena.
Su piel se puso de gallina al sentir aquella helada brisa recorrer su espalda desnuda y sudada. Apretó con fuerza las sábanas debajo de ella mientras jadeaba cegada del placer que le proporcionaban. Giró los ojos ante la estimulación en su entrepierna. Trató de sostenerse con sus codos sobre la cama para no caer en esta por la forma tan brusca y sin control pero deliciosa que la follaban.
Tom nunca la decepcionaba cuando del sexo duro se trataba.
—¡Oh, mierda! —gimoteó dejando caer su cabeza entre sus brazos.
Tom la sostenía fuertemente de las caderas para arremeter contra ella. Su ceño estaba fruncido, pero detrás de esa expresión se moría por romper a Blair por la mitad. Estaba apunto de hacerlo si ella seguía apretándolo así.
Su mirada cayó en su estrecha entrada, y se deleitó con la vista de como su coño se tragaba toda su polla, como debía ser. No pudo evitar gemir roncamente. Echo la cabeza hacia atrás sin dejar de embestir brutalmente a Blair. Su cuerpo se inclinó hacia ella pegando su pecho a la espalda de la chica para dejar besos por su espalda hasta su mandíbula.
—¿Así es como te gusta, no? Duro. ¿Te gusta que folle duro? ¿Eh, Blair? —la nombrada no pudo contestar debido a las fuertes embestidas. Sus gemidos no la dejaban—. ¡Que me contestes, joder! —palmeó con fuerza la mejilla trasera de la mujer y ella chilló.
—¡Oh, sí Tom! Me encanta, me encanta. —respondió borracha de excitación.
Tom sonrió satisfecho y dobló el cuello de Blair para que lo mirara y así poder besarla. Metió su lengua en su boca y jugó con ella hasta que Blair pidió respirar.
—Nadie te folla como yo, ¿verdad preciosa? —le pregunto ahuecando las mejillas de Blair. Ella negó mirándolo cansada—. Eso es. Abre. —le ordenó y Blair obedeció abriendo su boca. Tom escupió en esta y Blair como buena chica se lo trago.
La dejó ir y Blair gimió cuando Tom continuó follándola salvajemente. Su coño ya ardía pero no le importo, solo quería correrse. Tom le dio permiso para que se corriera y segundos después él también se vino.
Ambos jadearon satisfechos y cayeron en la cama rendidos. Sus cuerpos estaban débiles y sudados por tanta acción. Tom respiraba agitadamente. Miró como Blair estaba igual que él. Sonrió y la atrajo para acostarla sobre su pecho.
—¿Fui muy duro? —Blair sonrió al oír la pregunta.
Tom tenía la reputación de ser un chico serio y frío. Todo eso desaparecía cuando estaba con Blair. Ella era todo lo que estaba bien.