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Calidez y comodidad.

Jihoon no se había sentido tan bien desde hacía mucho tiempo. Estiró su cuerpo sobre las suaves sábanas, gimiendo con satisfacción al inhalar profundamente y sentir el aroma a chocolate, sintiendo que lo cubría por completo.

Abrió lentamente los ojos, enfocando su vista en el cuadro de la mesita aun lado de la cama, era una linda perrita color blanco con un lazo rosa en la cabeza, demasiado adorable.

Siguiendo en su ensoñación levantándose de la cama, pero no encontró sus pantuflas donde deberían estar. Sin darle mucha importancia se dirigió al baño a hacer sus necesidades, cuando terminó se miró al espejo, notando ahora su aspecto desaliñado pero él se sentía de maravilla.

Solo había un pequeño detalle, no llevaba su pijama, en su lugar aún traía puesta la ropa que usaba el día anterior. Algo hizo click dentro de su mente al percatarse que donde se encontraba no era su habitación, pero en lugar de sentirse alarmado siguió sereno. No recordaba absolutamente nada de la noche anterior.

Unos ruidos fuera del baño lo alertaron, le puso seguro a la puerta solo por precaución. Se mantuvo en silencio para poder escuchar mejor, hubo silencio por un rato hasta que escucho pasos aproximarse. Alarmado busco algo con que poder defenderse de ser necesario pero no encontró nada.

—¿Jihoon, estás en el baño? —todo el pánico abandonó su cuerpo en cuanto reconoció la voz, creyó que fue de alivio al saber que al parecer estaba en el departamento de Seungcheol.

El departamento de Seungcheol. Él estaba ahí, en su baño para ser exactos. Había despertado en la cama de Seungcheol. ¿Entonces...?

Las imágenes de la noche anterior abrumaron la mente Jihoon. Comenzando a recordar.

Él saltando a el regazo de Seungcheol, hundiendo su rostro en su cuello, en su glándula de olor. Rogando por ser marcado por su aroma. Sintiéndose seguro con el alfa.

Jihoon se olió a sí mismo y tal como temía, olía a Seungcheol. No podía reconocer su propio aroma porque el chocolate estaba todo impregnado en él. Su omega ronroneó gustoso ante la realización, pero Jihoon estaba asustado.

—¿Jihoon? —volvió a llamarle Seungcheol al no haber recibido respuesta por unos minutos—. ¿Estás bien?

—S-Sí —logró formular, sentía que vomitaria en cualquier momento. Su cuerpo temblaba, comenzando a reconocer su aroma a fresas por encima del chocolate, estaba asustado, y su aroma lo estaba delatando.

—Jihoon, abre la puerta —estaba seguro que Seungcheol podría olerlo aún tras de la puerta—. Cariño, por favor.

Jihoon no tardó mucho en reaccionar y obedecer, abriendo la puerta y encontrándose con Seungcheol, quien lucia muy preocupado.

—¿Qué ocurre, qué te alarmó? —el alfa examinaba el cuerpo de el omega mientras preguntaba. Colocó sus manos en las mejillas de Jihoon, ahuecando su rostro, notando que Jihoon tenia los ojos cerrados.

Jihoon respiraba profundamente el aroma de Seungcheol. Odiandose a sí mismo pero a la vez sintiéndose tan jodidamente bien y seguro, que cuando el alfa lo acercó a él para abrazarlo, no se negó, al contrario, lo abrazó de vuelta tan fuerte mientras jadeaba en el oído del alfa por lo bien que se sentía su cercanía y lo delicioso que era su aroma.

Estuvieron un rato así, solamente abrazados mientras Jihoon se drogada con las feromonas de Seungcheol.

[...]

—Es normal lo que esta sucediendo.

Ambos ahora estaban en la barra de la cocina, Jihoon manteniendo su mirada en el desayuno que le había preparado Seungcheol. No tenía apetito, pero debía de comer por su arrocito.

IWTHF (Jicheol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora