¡¡ No soy una niña !!

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   Edward decidió salir al comedor, ya habían pasado por lo menos 4 horas desde que recibió libros de parte del Coronel Mustang y él los esparció sobre su cama y los ordenó para leerlos. Terminó rápidamente con 4 de ellos. Ya los conocía, pero el hombre dijo que el exámen sería contundente así que no estaba de más repasarlos todos.

   Su estómago gruñó cuando terminó de ponerse su abrigo rojo. Asomó la cabeza por la puerta y vió el pasillo vacío. El día anterior la Teniente Hawkeye lo había ingresado a uno de los dormitorios para damas y él, aunque estaba incómodo , creía que podía mantenerse lo suficientemente escondido hasta que en unas semanas fueran los exámenes para Alquimista Estatal. La comida era un caso aparte. No tenía dinero para salir a comprar y el Coronel le había dado un papel para que le dieran comida en el Comedor General. La Teniente lo había dejado con algo, pero ya no tenía qué comer y se moría de hambre.

   Revisó el papel que guardó en su abrigo y se aventuró a salir.

   Su primer error fué no haber preguntado el día anterior dónde estaba el bendito comedor.

   Después de caminar por dos largos pasillos, llegó hasta la señorita que era de recepción de los dormitorios. No era la "amiga" de la Teniente, que había conocido el día anterior. La joven mujer revisaba unos papeles y él carraspeó para llamar su atención.

   La mujer levantó los ojos y se topó con una figura infantil. Lo primero que llamó su atención fueron los enormes y hermosos ojos, de un color dorado que parecían irradiar luz propia, luego vió el largo y sedoso cabello del mismo color, que caía ordenadamente en una trenza en la espalda de la niñita frente a ella.

   - Hola, cariño.¿Estás perdida? Creo que eres la hermanita de Hawkeye ¿no?

   Edward, que había mantenido una actitud pasiva, de pronto sintió como una puñalada y frunció el ceño y achicó los ojos dispuesto a aplastar a la estúpida mujer.

   - ¡ Edward !

   Se escuchó un grito que provenía de otra joven de uniforme azul, que se acercaba presurosa a ellos.

   La joven tras el mostrador pestañeó confundida y su sonrisa se esfumó, al notar la fija y furiosa mirada dorada sobre ella.

   - Lo ... siento - se disculpó un poco aterrada . La criatura no irradiaba la misma aura de antes.

   - Justo iba a buscarte por si querías ir a comer algo - le hablaba Sofía, la joven que la Teniente le había presentado antes. Ella, ignorante del pequeño percance, presentó a los involucrados - Romina, él és Edward Elric. Está quedándose aquí hasta dar las pruebas para Alquimista Estatal. Me lo encargó personalmente Hawkeye, así que ya sabes. Atiéndelo como corresponde en lo que necesite.

   La "famosa" Romina sonrió otra vez , bastante nerviosa.

   Sofía comenzó a guiar al niñito que no le quitaba los ojos de encima a la primera mujer.

   - Vamos por aquí. Te diré lo que más és sabroso , para que no atentes contra tus papilas gustativas.

   La joven desapareció junto a la pequeña figura roja, luego de llegar a la otra esquina.

   Romina soltó el aire que había estado aguantando.

   - ¿Quién era la niña?

   Se volvió casi aterrada a ver a otra secretaria uniformada, que había llegado a su lado.

   - No és una niña. És un muchacho. Edward Elric - le anunció casi de manera clandestina.

   Ambas se miraron.

El niño Alquimista de Acero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora