¿ En qué estabas pensando ?

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   Breda miraba con disgusto al niñito de abrigo rojo y larga cabellera dorada. Sentados en un bar, no se sentía cómodo con haber sido parte de desobedecer a Mustang , y mucho menos a la Teniente Hawkeye.

   - Oye Breda, cambia esa cara - Havoc se acercó a la cabeza del colorín - Ya verás que no hay problema.

   - No me fío del niño, Havoc. No debiste trerlo, ¿en qué pensabas?

   - Y ¿qué querías? Me siguió cuadras y entró con su reloj de alquimista. - el joven se encogió de hombros.

   - Tiene 12 años - le gruñó entonces, no entendiendo cómo era que con solo mostrar que pertenecía al ejército lo hubieran dejado entrar al bar. El mocoso parecía una muñeca en un mar de hombres borrachos. No tenía ni ganas de continuar bebiendo su trago, por si tenía que hacer algo.

  

   Edward sí había seguido a Havov. El joven siempre desaparecía por las calles los fines de semana, y luego los lunes contaba infinidad de cosas. Conocía a chicas, que lo dejaban con el corazón roto. Eso Ed no lo entendía. Hablaba sobre apuestas , que también siempre perdía y llegaba escuálido, llorando por su dinero. También contaba historias espeluznantes que escuchaba de terceros. El hombre era como un mar de aventuras que el niño quería conocer, así que, después de dejar a su hermano en los dormitorios, se puso a perseguir a Havoc.

   El olor a humo y a alcohol , le hizo dudar sobre su determinación, pero se adentró pisándole los talones al joven. Por su puesto de inmediato alguien impidió su entrada, pero él no era estúpido y sabía que podía entrar a muchos lugares prohibidos con solo mostrar su reloj de plata, asi que , poniendo su cara más seria, hizo valer sus derechos.

   Ahora estaba frente a un gorila, sentado frente a frente en la barra. Tras de él, Havoc y Breda, que ya estaba ahí.

  

   - Te lo digo otra vez, enanito. No podrás hacerlo.

   - ¡ Que no me llames ENANO , Hombre de las cavernas ! ¡¡ CORRO CON LA APUESTA !!

   Havoc y Breda prestaron atención. No se habían dado cuenta de lo que pasaba hasta que el barman puso dos enormes jarras llenas de cervesa frente al gorila y al pequeño alquimista.

   Breda apretó el brazo a su compañero y Havoc se acercó al niño de trenza.

   - Jefe ¿ qué haces ? No puedes beber alcohol - le susurró en el oído, viendo que los ojos dorados del niño no se apartaban del hombre sentado frente a él.

   - Dijo que no soy capáz, pero él no sabe ¿verdad Havoc?

   - Jefe ... - la voz del joven rubio suplicaba sin pena - la cerveza no es como el jugo que tomas, por favor ...

   - Aquí el gorila apuesta 20 monedas - dijo Ed con voz firme - a que no puedo seguirle el ritmo.

   Breda tapó sus ojos.

   - Por el amor de Dios ... - gruñó el pelirrojo sabiendo que se venía un problema grande.

   - ¿ Crées que siendo tan pequeñito podrás tragar todo eso ? - el hombre frente al niño se burlaba con voz fuerte, para que varios se giraran y prestaran atención.

   - ¡¡¿ A QUIÉN LE DICES TAN PEQUEÑO QUE CABRÍA POR EL OJO DE UNA AGUJA ?!!

   La risa estruendosa del hombre se hizo contagiosa por todo el bar y Havoc sintió que sus nervios iban a estallar. Sabía que ya no había vuelta atrás. El caos se avecinaba.

   - ¡¡ TE APUESTO 500 MONEDAS  A QUE  ME TRAGO TODO EL MALDITO JARRO ANTES QUE TÚ !! - gritó el pequeño niño mucho mas fuerte de lo que suponían  podía vociferar, e hizo que todo el mundo se quedara callado.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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