CAPÍTULO 21

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Confianza de un lado y desconfianza por el otro

Le entierro el cilindro de acero a otro caminante observando cómo el cuerpo cae. Las sombras de sus movimientos rápidos viajan de un lado a otro por el suelo empedrado, la lampara sobre la carretilla me ayuda a distinguir la sangre escurrirse por el césped del exterior y el goteo del alambre gota por gota. En algunos momentos me pierdo solo en esa viscosidad. Mi atención se va a los Grimes que aseguran las vallas con los grandes troncos de madera manteniendo una charla que desde mi lugar solo se perciben murmullos.

El clima frío se ha sustituido por una noche cálida gracias al arduo trabajo. Mi esfuerzo ha generado calor en mi cuerpo, el sudor frío recorre por mi espalda y el mentón, sin mencionar que los brazos me duelen a la tensión de clavar y desprender esa arma de tantos cráneos. Me siento asqueada en su totalidad.

Carl y yo cruzamos miradas por tercera vez. He pensado mucho si es buen momento para mencionar lo que ocurrió en el baño con Yahir. Aún con mis quejidos al desentierro de aquel objeto del cráneo hago una lista de las consecuencias que eso le traería al chico, a alguien que antes fue mi amigo. Tendría más problemas y me molesta considerarlo, sin embargo, ¿Carl es capaz de hacerlo? Total, a él no le importa lo que pase con él ¿O sí?

El chico deposita pequeñas patadas en la base del tronco para asegurarlo con el empedrado del suelo, mi cabeza se gira de lado contrario observando las paredes de la prisión atenta a cualquier ruido que no sean esos gruñidos. No se han escuchado disparos desde hace un rato, el silencio se ha convertido en nuestra compañía aparentando que solo existimos nosotros tres. Regreso mi atención a Rick que ayuda a su hijo a cargar el tronco, se les dificulta en hacerlo por culpa del agotamiento. Suelto el cilindro y corro a ayudarlos, entre los dos colocamos el tronco de pie sobre la reja y lo aseguro con pequeñas patadas visualizando a los caminantes del otro lado.

—¿Todo está bien en el pabellón? — Carl le pregunta a su padre sin apartar la atención de la orilla que estoy asegurando.

—Si no lo estuviera se escucharían más disparos y alguien estaría pidiendo ayuda.

Rick responde con un poco de ironía solo para esconder su preocupación. Con solo unos cuantos meses ya conozco cuando intenta ocultar algo. Respiro hondo mirando de nuevo nuestro hogar asintiendo para darle la razón. Hasta ahora Maggie no ha regresado y lo considero una buena señal.

El hombre vuelve a tomar otro tronco con ayuda de Carl, vuelvo a asegurarlo en silencio enfocada en no vomitar cuando un caminante de quijada rota se acerca inquieto por atravesar ese alambrado y modernos. No puedo evitar quejarme arrugando el puente de la nariz alejándome unos pasos de ahí antes de que sienta el estómago revuelto. A pesar de tener una distancia razonable, la brisa de la noche nos sigue recordando que esas cosas se están pudriendo tanto por dentro como por fuera.

Un crujido se recorre entre el sonido robándose el protagonismo en el caos de gruñidos y respiraciones agitadas, deslizo mi atención a cada uno de los troncos débiles. Cruje, cruje, cruje y al segundo el tercer tronco se parte en dos hundiendo la reja de nuestro lado, casi grito de sorpresa retrocediendo de golpe al sentir los cuerpos desesperados aplastarse unos con otros con fuerza. Rick no lo piensa dos veces y corre a la valla para mantenerla estable, pero yo no corro el riesgo en acercarme a esos rostros podridos que en un descuido pueden arrancarme los dedos de una mordida.

—¡Rick! — grito al notar que la valla se inclina más y más de nuestro lado.

Los caminantes se amontonan unos pasos más a su derecha, ya no se centran en Carl o en mí, sino en su padre. El peso se junta de su lado, pesa más la urgencia, el hambre y desesperación en donde mi líder se aferra a soportarlo para mantener a salvo no solo a nosotros dos, sino todos en la prisión. Con ambas manos hace el esfuerzo de mantenerlo firme, pero el alambrado de seguridad se sacude con tanta agresividad indicando que pronto caerá.

• 𝐒𝐎𝐋𝐎 𝐂𝐎𝐑𝐑𝐄 • ||CARL GRIMES|| [𝐓𝐖𝐃] (2da edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora