• 𝐒𝐎𝐋𝐎 𝐂𝐎𝐑𝐑𝐄 • ||CARL GRIMES|| [𝐓𝐖𝐃] (2da edición)

CAPÍTULO 13

Otro chico es otra visión.

No aparto la mirada de aquel mar de árboles que poco a poco empiezan a opacarse con la llegada de la noche acompañada de un frío extrañamente helado como para ser otoño. Por más que los escalofríos me agotan me niego a entrar a la prisión sin ver a Daryl regresar. Si Michonne pudo estar de vuelta por sí sola, él también puede.

Apoyo mis pies en la banca abrazándome con más fuerza, aferro la esperanza de ver a ese hombre de una vez por todas. Susurro la petición como una súplica al universo. No dejo que los gruñidos me distraigan, pero sí lo hace algo más, la puerta metálica del pabellón recorrerse es fuerte, tanto que se puede escuchar por todo el patio interno.

Carl sale con un rifle en las manos. Supongo que le toca guardia. Trae puesta la misma chaqueta de mezclilla, pero el sombrero de sheriff ha desaparecido. Regreso mi atención al bosque y a los caminantes pegados a las rejas. Su presencia no tarda en sentirse a mi lado, toma asiento en la mesa en completo silencio y permanece así por varios minutos solo haciéndome compañía.

—Llevas mucho tiempo aquí. Michonne ya le dijo a mi padre que se fue a buscar a su hermano. Él estará bien— acoge sus manos dentro de la chaqueta después de dejar el arma en la mesa metálica. También tiene frío. Aprovecho en sacar las mías para quitarme los guantes y ofrecérselos. Niega con simplicidad —No, estoy bien.

Intento percibir la verdad en sus ojos, pero la noche me trae desventaja. Lo extraño es que después de mi análisis me regala una sonrisa pequeña y amable que es imposible no regresarle el mismo gesto. Vuelvo a envolver mis manos con esos guantes para refugiarlas en los bolsillos otra vez.

Desde que regresó Michonne el miedo ha disminuido. Mencionó que nunca llegaron con el Gobernador, así que lo único en el que la mayoría pensó es en dónde se fue Merle.

—Espero que estén bien. No lo conozco tanto, a ninguno de los dos, pero parece que se pueden cuidar solos.

—Sí, ambos saber hacerlo— empieza a mover la pierna constantemente provocando temblorina en la banca en la que me encuentro sentada. Alza la mirada al cielo oscuro —Empieza a sentirse más frío ¿segura que no quieres entrar? Esperar aquí no va a cambiar nada.

Eso lo sé, pero quiero ser la primera en verlo salir de esos árboles. Tres caminantes que me interrumpen la vista son suficiente para darme por vencida. Me levanto de la banca sintiendo más la brisa y regreso a los escalones con los pies arrastrando por el concreto. Puedo escuchar al chico bajar de la mesilla y tomar el arma.

—Jennette, espera.

Giro sobre mis talones con la puertilla de reja abierta. Señala hacia el bosque avanzando hasta la reja principal del patio donde algunos caminantes le siguen el paso de costado. Con dificultad puedo ver un cuerpo aparecer por el puente del río, intento identificarlo si es una persona o un caminante, hasta que la ballesta colgante sobre el hombre me confirma de quién se trata.

Corro a la reja tomando el tubo con rapidez y entre Carl y yo matamos a los caminantes para despejar el área en el que ese hombre se aproxima.

—Yo los distraigo— avisa el chico sacando las llaves de su bolsillo y aventármelas en el aire.

Me acerco a la reja para abrir el candado esperando a que Daryl esté lo suficientemente cerca para recorrerla. Los caminantes se van alejando poco a poco y cuando están lo suficientemente lejos él aprovecha para enterrarles ese cilindro en el cráneo. El hombre lucha con facilidad con los pocos caminantes que se dan cuenta de sus presencia en el camino. No usa su ballesta, solo el cuchillo.

Abro lo más rápido que puedo para que entre y una vez que está en el patio y cierro bien con candado me doy vuelta tocando su brazo manchado de sangre seca comprobando con la luz nocturna que esté bien. Su rostro sin expresión es algo moribunda y, aunque la suciedad por el sudor acumulado sea el que le quite la gentileza, también puedo percibir unas cuantas lágrimas secas.