Capítulo seis.
Narra Aure Cyril.
Ojos de Vudú sonrió de manera retorcida pasados cierta cantidad de segundos. Habiendo analizado mi petición, la burla se reflejó en sus ojos.
—¿Ha oído de la Leyenda de las Dos Lunas, majestad? —preguntó.
Suspiré pesado, consciente de que en algún momento los demás notarán mi ausencia y sería de lo más tedioso volver.
—No tengo tiempo para tus juegos —indiqué, porque era cierto.
Sus verdades a medias, sus mentiras encubiertas y sus malas y cortas respuestas eran lo que necesitaba en este momento. Si quiero que alguien me lea un cuento de hadas, tengo al pesado de Engel dando vueltas.
Ojos de Vudú asintió, meneando la cabeza hacia arriba y hacia abajo levemente.
—Será rápido, entonces —dijo, importandole poco—. No es una leyenda como tal. Está clasificada así pero es una historia real lo que se cuenta por allí, algo que sucedió en alguna parte de Epiphania. Quizá justo en Himmel. Tal vez justo donde estamos de pie —comenzó. Suspiré pesado, demostrando cuánto me importaba su maldita leyenda—. Soma y Ceres fueron mejores amigas entre los trece Dioses. Tanto se quisieron que unieron sus dones para formar Wilde Tiere, un bosque enorme, hermoso, reluciente, repleto de magia de todos los tipos posibles que sacaba a relucir lo mejor de cada una. Soma creó los árboles, las cascadas, los distintos tipos de biomas y el divino entorno. Ceres dispersó su magia por doquier, probando, experimentando —explicó—. Combinó su magia con el sol, creando la magia solar. La unió a los elementos, agua, fuego, tierra y aire, formando así la magia natural.
—¿Las brujas?
Ojos de Vudú soltó una risa burlesca.
—¿No era que no te interesaba? —preguntó, haciéndome una jugarreta—. Pan, el dios del caos y la desesperación, se acercó a Ceres al ver la cantidad de cosas poderosas e interesantes que había creado y comenzó a llenarle la cabeza en contra de Soma, su mejor amiga. Le confesó querer unirse a ella por siempre y alejarse de todos los demás Dioses en una muestra de amor verdadero. —Se volteó hacia la oscuridad, tomando asiento en un simple asiento de madera tambaleante—. A pesar de todos los intentos de Pan por separarlas, no lo logró. Nadie podía hacerlo, porque confiaban la una en la otra. Porque se tenían entre sí para siempre —prosiguió—. Hasta que un día llegó algo inesperado entre los Dioses. Fue la muerte de uno de ellos. Forseti, la Diosa de la amistad y el color había muerto desangrada completamente en medio de su propio templo. —Asentí un par de veces, entendiendo lo que significaba eso—. Uno de los suyos la había matado. Y todos los Dioses apuntaron a las mejores amigas, Soma y Ceres. La mayoría de ellos defendieron a Ceres, intentando quitarle la culpa de encima a la Diosa de la magia y el amor. El único que defendió a Soma frente a todos los demás fue Pan.
—El dios de la desesperación y el caos —entendí.
Ojos de Vudú volvió a menear la cabeza, soltando un largo y pesado suspiro.
—Esa traición de Pan a Ceres la hizo desconfiar plenamente en el amor y entendió que quizá había sido Soma la que asesinó a Forseti en un intento por pasar de la amistad al amor con ella —explicó. Arrugué la nariz—. Soma se defendió con uñas y dientes y no permitió que la exiliaran. Se marchó. Y se llevó Pan con ella. Ellos dos crearon una brecha entre el mundo tal y como lo conocían todos y separaron Wilde Tiere del resto de los lugares. —Elevó una mano en el aire, extendiendo un dedo—. Pero Ceres no permitiría que se salieran con la suya. Los esperó en el borde de Wilde Tiere, donde los condenó a estar unidos por siempre por un hilo rojo del destino.
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Alianza Enemiga © #3
خيال (فانتازيا)[TERCER LIBRO DE UNA SAGA: "Epiphania"] Eros Cyril. Aquel era un problema común para Eryx y Aure, ¿verdad? La diferencia entre ellos es que Aure era el cazador y Eryx la presa. Un monstruo de verdad con un objetivo en la mira: obtener el poder de...