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Jungkook constantemente se preguntaba cómo había iniciado todo; cuándo pasó, cuál fue el detonante, y lo más importante ¿por qué? De tantas personas, ¿por qué tenía que ser él el que sentía aquella opresión en el pecho que no lo dejaba respirar? ¿Por qué tenía que ser él el que se hundía en sus pensamientos pensando lo mismo una y otra vez? Como un bucle sin fin, como si no quisieran verlo descansar.

Si miraba un poco más de cerca, se podría decir que todo empezó cuando sus padres lo abandonaron dejándolo a su suerte; a pesar de que nunca le prestaron la debida atención, Jungkook sintió algo más que tristeza; se sentía miserable ¿acaso había sido tan mal hijo como para llevar a sus progenitores hasta el punto de abandonarlo sin remordimiento? Esa era una de las preguntas que aún no lo dejaban dormir.

Para su mala suerte, al ser menor de edad en esa época los del servicio social lo obligaron a estar con la única persona que aparecía como su segundo tutor: la hermana de su madre. Y tal vez le hubiese gustado que fuese como en los cuentos de hadas, donde la tía era una maravillosa persona y él un hijo de puta hasta que se daba cuenta que estaba actuando mal y luego todos felices. Pero no, aquí no existían tías buenas y mucho menos; en su mundo existía la tía que se prostituye con tal de ganar un poco de dinero para sobrevivir, adicta al cigarrillo y la cual se encarga de recorderle todos los días lo miserable que era, diciéndole que la perra de su madre, citando palabras que ella misma decía, era una inútil la cual nunca sirvió para nada.

Y lastimosamente, Jungkook no podía contradecirla.

Eran las nueve y treinta cuando llegó a su segundo día de clase, pues lo habían transferido de universidad cuando unos imbéciles empezaron a molestarlo al enterarse de su estilo de vida. Agradeció la amabilidad del director al haberlo cambiado y no dejándolo sufriendo en aquel infierno.

Corrió por los pasillos sosteniendo su mochila algo desgastada contra su hombro, respirando hondo por la nariz para que el aire llegara correctamente a sus pulmones. Sin embargo, al parecer todo el esfuerzo que hizo por correr lo más rápido posible fue en vano, pues la puerta de su clase ya estaba cerrada; maldijo por lo bajo, armandose de valor para tocar la puerta dos veces seguidas. Pensó que tal vez el profesor no abriría y lo dejaría fuera para luego darle un sermón de lo importante que era levantarse temprano. Pero vamos, él no tenía la culpa de haber pasado la mitad de la madrugada escuchando los gemidos desesperados de su tía y la voz de un hombre que no conocía en lo absoluto.

-Llegas tarde.

Aquello fue lo primero que el profesor dijo, mirándolo con una ceja alzada a modo de interrogación.

Jungkook tuvo ganas de hacer un comentario sarcástico, pero no estaba en la posición para hacerlo.

-Sí, lo siento.

-Pasa, hay un asiento disponible al fondo.

El menor asintió apenado, frunciendo el ceño cuando la voz del hombre se le hizo más conocida de lo normal. Sin embargo, lo dejó pasar, no tomándole mucha importancia; habían muchas personas en el mundo con el tono de voz similar.

-La epistemología, que está compuesta por la palabra episte que significa conocimiento y lógos que es estudio o ciencia, se ocupa de estudiar la naturaleza, el origen y validez del conocimiento- el profesor Kim escribió varias cosas en el pizarrón, marcándolas con rojo para resaltar las palabras-. Para Platón, el conocimiento se obtenía de las ideas, mientras que Aristóteles pensaba que todo conocimiento se obtenía a través de la experiencia. Ahora, ¿qué piensas tú?

Taehyung apuntó al frente con su marcador, haciendo que sus alumnos se miraran entre sí buscando a quién se lo había dicho.

-Sí, tú. El que llegó tarde.

LA TUMBA DE LAS LUCIÉRNAGAS | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora