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Taehyung se estaba preguntando seriamente si había sido buena idea darle alcohol a su estudiante.

Porque ahora que lo estaba viendo bailar al ritmo de "Mamma Mia" de ABBA frente a todas esas personas, no sabía si había hecho lo correcto.

Jungkook movía sus caderas y sus manos con entusiasmo mientras una sonrisa, que Taehyung no había visto en todo ese tiempo que lo llevaba conociendo, se plasmaba en su rostro hermosamente. Sus ojos negros brillaban gracias a la luz del lugar y al alcohol, haciendo contraste con sus mejillas tintadas en carmesí.

-¡And i can hear a bell ring!- Jungkook cantó en voz alta, sin dejar de bailar-. ¡And I forget everything, whoaaa!- corrió hasta Taehyung rápidamente, agarrando sus manos para levantarlo de la silla de un salto y así llevarlo al medio de la pista de baile-. ¡Mamma mia, here I go again! ¡My, my, how can I resist you?!

Y Taehyung no quería pensar otro tipo de cosas solo por la letra de una canción, pero pudo jugar que en esa última frase la sonrisa de Jungkook se hizo mucho más grande, como si le estuviese cantando esa estrofa en específico solo a él.

Ay.

-¡Mamma mia, now I really know!- cantó en conjunto con Jungkook, este moviendo sus brazos para que moviera todo su cuerpo-. ¡My, my, I could never let you go!

Jungkook enrolló sus brazos alrededor del cuello de Taehyung dejándolo muy cerca de su rostro, cosa que tomó desprevenido al mayor. Sin embargo, Jungkook estaba con los ojos cerrados no siendo consciente de la cercanía, dedicándose a bailar y en mover el cuerpo de Taehyung para que siguiera sus pasos sinsentido.

Las personas a su alrededor los veían sonrientes, instandolos a seguir bailando mientras aplaudían al ritmo de la canción.

Jungkook se sentía feliz. En ese momento no existía su tía, ni sus padres y tampoco su pasado. Mucho menos el dolor que se instalaba en su pecho con tanta frecuencia.

Solo eran Taehyung y él.

Él y Taehyung.

Abrió los ojos en medio de su baile, notando hasta ese momento lo cerca que estaba del mayor. Su boca dejó de moverse cantando la canción y se enfocó solo en Taehyung. Observó los lunares en su rostro; su mirada que decía más que mil palabras y el como sus labios se movían lentamente aún cantando la canción.

Jungkook tragó en seco, la música terminadose repentinamente antes de que pudiera llevar a cabo cualquier acción de la cual se podía arrepentir. Se alejó de Taehyung con una sonrisa nerviosa, arreglándose el cabello con manos temblorosas. Joder, ¿en qué estaba pensando?

Taehyung suspiró, estirando su mano ofreciéndosela al menor silenciosamente. Jungkook se tardó un poco en aceptarla, pero lo hizo, empezando a caminar junto con el mayor por la playa.

La música cada vez se escuchaba más lejana, el silencio apoderadose de ambos mientras que las olas colisionaban contra la orilla.

Jungkook relamió sus labios con nerviosismo, observando su mano entrelazada con la de Taehyung. Dios, ¿por qué su corazón estaba latiendo tan rápido? ¿Qué le pasaba? ¿Por qué de repente se sentía como un adolescente puberto que estaba a solas con su amor platónico? No lo entendía, tampoco entendía cómo era posible que se olvidara de todo mientas estaba con Taehyung. Era como un bálsamo para su corazón y su alma.

Como si le estuviera diciendo que todo estaría bien.

Que estaba a su lado.

Por otro lado, Taehyung se dedicaba a observar el paisaje delante, tratando de ignorar el hecho de que estaba sosteniendo la mano de Jungkook tan fuerte como si tuviera miedo a perderlo.

LA TUMBA DE LAS LUCIÉRNAGAS | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora