LA TUMBA DE LAS LUCIÉRNAGAS | KTH&JJK

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[Les recomiendo leer este capítulo con la canción en multimedia de fondo. A partir de la frase "Taehyung le abrió"]

Era viernes por la tarde y Jungkook se encontraba dándole los últimos retoques al trabajo que debía entregarle a Taehyung el lunes. Afortunadamente, su tía estaba fuera y no parecía regresar pronto; la canción de "Here Comes The Sun" de The Beatles sonaba a través del parlante de su celular, mientras que su pie y el lápiz entre sus dedos seguían el ritmo del sonido de la canción.

Su momento se vió interrumpido cuando la canción se detuvo en la parte cercana al coro; la pantalla alumbrando al tener una llamada entrante de un número desconocido. Jungkook frunció el ceño, pues eran escasas las personas que tenían su número. Ni siquiera su tía lo tenía, y mucho menos amigos.

Descolgó la llamada con algo de duda, llevándoselo hasta la oreja para poder escuchar a la persona al otro lado de la línea.

-¿Jungkook?

Su respiración se detuvo por un par de segundos al reconocer aquella voz que conocía demasiado bien.

-T-Taehyung, ¿cómo...?

-Pues...digamos que fui a la dirección y le dije a la señora Smith que necesitaba tu número con urgencia para hablarte sobre tus calificaciones.

Jungkook soltó una risita, negando con la cabeza.

-¿Está eso incluso permitido?

-No lo sé. Pero lo hecho, hecho está.

-Ya veo- golpeó la parte trasera del lápiz repetidamente contra la mesa con una pequeña sonrisa en sus labios de la que ni siquiera él mismo era consciente. Sintiéndose feliz con solo escuchar la voz de su profesor-. Entonces, ¿cuál se supone es esa charla sobre las notas?

-Pues, verás. No sé qué tal te parezca, pero el día de hoy tengo planeado ir a la playa y regresar el domingo- empezó diciendo, con un tono algo mimoso-. Pensé "no quiero ir solo", entonces ¿porqué no invitar a mi persona estrella?

Jungkook tuvo que taparse la boca para retener el jadeo de sorpresa que estaba a nada de salir de su boca. Y se levantó de la silla mirando hacia un punto cualquiera de la habitación; su corazón empezó a latir contento, al igual que los nervios empezaron a hacerse presentes en la boca de su estómago.

-¿E-en serio? ¿De verdad me estás invitando?

-Por supuesto, ¿por qué bromearía con algo así?

-No lo sé, no estoy acostumbrado a recibir este tipo de invitaciones.

Taehyung dejó salir una risa jocosa que resonó hermosamente en los oídos de Jungkook.

-¿Eso es un sí?

-P-por supuesto, ¿a dónde tengo que ir?

-¿Ir? Pásame la dirección de tu casa por mensaje, pasaré a buscarte.

-Oye, no quiero molestarte...

Taehyung lo interrumpió.

-Eres mi invitado, Jungkook. Por supuesto no dejaré que vayas por ahí solo.

-Está bien. Gracias, Taehyung.

-No hay de qué. Nos vemos en unos minutos.

La llamada finalizó, y Jungkook permaneció un momento completamente inmóvil, como si el peso de la conversación lo hubiera paralizado. Luego, estalló en un arrebato infantil; se lanzó sobre la cama y empezó a patalear como si fuera un niño pequeño en plena rabieta. Tras unos minutos de desahogo, se levantó con renovada determinación y rápidamente le envió la dirección a Taehyung por mensaje.