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Si había una cosa que le gustara a Jungkook más que a nada, era comprar libros, y se sentía aún mejor cuando utilizaba su propio dinero. Después de que su tía le haya robado sus ahorros, se obligó a guardar el dinero en el casillero de la universidad; no era más seguro ni mucho menos, pero prefería hacer las cosas de esa manera.

Revisó los estantes con detenimiento, tomándose el tiempo de leer cada título de la sección de "novelas cortas". Sus ojos se detuvieron cuando leyó el título El Principito; ladeó la cabeza, agarrándolo para sacarlo del estante y leer en voz alta el pequeño resumen que había en la parte de atrás.

-"Acompaña al Principito en su exploración del universo. Visitará primero seis asteroides y luego se quedará un año en la tierra, estancia que terminará con el encuentro de un piloto caído en el desierto del Sahara"- leyó, sus ojitos abriéndose inconscientemente ante lo interesante que se oía la historia-. "El aviador recibirá..."

Jungkook no pudo continuar con la lectura, pues una voz bastante conocida se escuchó muy cerca de sus oídos, lo que lo hizo darse la vuelta para ver al dueño de la voz.

-Taehyung.

-No pensé que te gustaban este tipo de libros- dijo, con una pequeña sonrisa adornando sus labios.

-B-bueno, se ve algo infantil- se encogió de hombros, apretando el pequeño libro entre sus manos.

-¿Infantil? Créeme Jungkook, ese libro es lo menos infantil que leerás. Compralo, analizalo y sabrás de lo que hablo.

Jungkook miró de nuevo la portada y luego a Taehyung, asintiendo por lo bajo.

-Confiaré en ti- terminó por decir, observando a su profesor de arriba abajo. Llevaba dos libros en su mano de tapa marrón, una más clara que la otra-. ¿De qué van? Los libros que elegiste.

-Ah, son una saga. Se llama...- Taehyung volteó uno de los libros, leyendo el título-. Game Of Thrones; Sophie me los recomendó.

-¿Sophie?

-Tú compañera de clases, la chica de cabellos rojos.

Jungkook hizo memoria, y la muchacha que siempre llegaba de primera a clases se vino a su mente. Él no era el tipo de personas que juzgaba a los demás sin conocerlos, pero esa chica realmente no le daba buena espina; mucho menos la manera en la que miraba al profesor Kim durante las clases.

-Ah, sí. Ya recordé.

Empezó a caminar hacia la caja y Taehyung se fue detrás de él tal cual bebé pato siguiendo a su madre. La mujer de la caja le preguntó si solo llevaría ese y Jungkook respondió con un "sí" por lo bajo; también le regaló un separador de páginas con la misma temática del libro.

El siguiente en pagar fue Taehyung y la mujer hizo exactamente lo mismo, dándole los separadores de páginas. El mayor le agradeció y le hizo una seña a Jungkook para que salieran de la librería.

-¿Tienes algo que hacer?- preguntó, valanciandose sobre sus pies.

-No realmente, tenía planeado sentarme en una plaza a leer. ¿Por qué?

Taehyung sonrió, agarrando la mano de Jungkook para jalarlo hacia él.

-Vayamos a comer helado.

-Pero, Taehyung...

-Yo invito.

El joven no tuvo oportunidad de responder, ya que su profesor lo instó a caminar, sin soltar su mano ni un momento. Jungkook bajó la mirada y se quedó observando cómo sus manos permanecían entrelazadas, sintiendo un calor repentino en sus mejillas debido a la cercanía inesperada. No le desagradaba en absoluto; de hecho, admitir lo contrario sería una gran mentira. Sin embargo, no podía evitar sentir una punzada de timidez al imaginar que todos a su alrededor los estaban observando, susurrando entre ellos.

LA TUMBA DE LAS LUCIÉRNAGAS | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora