Capítulo 12 (Agonía)

195 19 9
                                    

━━━━━━━ ∙•∙ ━━━━━━━

Disclaimer: Los personajes de esta historia son de Rumiko Takahashi.

━━━━━━━ ∙•∙ ━━━━━━━ 

KAGOME

Las mujeres se miraron entre ellas.

–¿Y tú quién eres?

–Eso no importa –solté–. Dime, ¿es verdad lo que dijiste?

–Qué... –Sonrió mientras se miraba en el espejo– ¿Sobre si Kikyo está embarazada?

Aquella sola palabra me provocó un escalofrío.

–Todo el club habla de eso –continuó– Es evidente que...

–Solo son rumores absurdos.

–¿Estás diciendo que soy una mentirosa? –exclamó ofendida.

–Fuyi...

–Suéltame, Kara. Creo que esta mujer no sabe con quién está hablando.

–Solo quiero saber el origen de ese rumor.

–¿Y por qué te lo diría?

Tragué saliva antes de mirarla fijamente.

–Porque Kikyo Hirano es mi hermana, y si escucho a alguien hablando de ella, es de mi completo interés. ¿Así o más claro?

Las dos mujeres de su costado solo me miraron en silencio.

–¿Su hermana?

–Así es –afirmé.

–¿Y eso qué? –dijo con altanería– Para lo que me importa que seas la hermana de esa... sosa.

Dudo mucho que esa palabra haya sido su primera opción.

–Kikyo está casada, ¿o no? Entonces, ¿por qué tanto escándalo por un rumor de embarazo? –Sonrió volviendo a mirarse en el espejo– Además, su esposo es un Inuyasha Taisho...

–Fuyi... –dijo su amiga.

–¿Qué? Todas sabemos la fama que tiene, y no dudo que Kikyo haya quedado embarazada la misma noche de bodas –Se rio con burla y yo apreté mis manos en un puño–. Después de todo, Inuyasha Taisho es un hombre viril. Ya todo el mundo sabe que tuvo una bastarda fuera del matrimonio...

Di un paso.

–¡ELLA NO ES UNA BASTARDA!

–¿Qué está pasando aquí?

–Señora Izayoi.

–Señora Izayoi.

Las mujeres inclinaron la cabeza en señal de saludo, pero yo permanecí inmóvil, con la sangre hirviendo y decidida a confrontar a esa tal Fuyi. No permitiría que llamara bastarda a mi hija y se saliera con la suya tan fácilmente, no mientras yo estuviera presente.

–Hice una pregunta –insistió Izayoi, adentrándose y cerrando la puerta tras ella.

–Na... nada –balbuceó la mujer– No pasa nada, señora Izayoi.

–Quiero dejarle claro, señorita Fuyi, que mi nieta es una Taisho y merece todo el respeto que se le debe.

–Señora Izayoi yo...

–Silencio. Agradezca que fui yo quien escuchó el cómo se refería de esa manera tan atroz de Moroha, porque si hubiera sido mi marido o mi hijo, tenga por seguro que usted y toda su familia ya habrían sido expulsados de mi casa.

FRAGMENTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora