Capítulo 15

162 18 8
                                    

━━━━━━━ ∙•∙ ━━━━━━━

Disclaimer: Los personajes de esta historia son de Rumiko Takahashi.

━━━━━━━ ∙•∙ ━━━━━━━ 

INUYASHA

–¿Qué dijiste?

Sesshomaru intercambió una mirada con mi madre y luego volvió a mirarme.

–Inuyasha...

–¿Te has vuelto loco?

–Sé muy bien que es un asunto delicado, pero...

–Pero –hablé poniéndome de pie– Esto es...

–Una excelente noticia –dijo mi padre y ambos lo miramos de inmediato– No voy a juzgar cómo resultaron las cosas, pero debo admitir que me sorprende mucho viniendo de ti, Sesshomaru. Te creía más responsable. Sin embargo, no deja de ser una buena noticia.

–Padre...

–Antes de que digas alguna estupidez, Sesshomaru, tenemos que hablar –interviene– Es importante.

Sesshomaru dejó a Kagura en el comedor, mientras todos nos dirigíamos al estudio de mi padre. Una vez los cuatro solos cerré la puerta con seguro.

–¿Qué haces? –cuestionó mi hermano.

No había forma de que lo que iba a decir no fuera impactante, así que me preparé para contarles todo. Absolutamente todo.

━━━━━━━━━━━━━━

KAGOME

Me mordía las uñas, era un mal hábito que había adquirido recientemente.

–Entonces, me voy, tengo una reunión a las diez –Me dijo Koga, pasando por mi lado e ignorando mi ansiedad– ¿Quieres que te lleve a casa?

–Koga...

–Está bien, no es problema para mí...

–No es eso –Me acerqué a él y miré el acabado de su corbata– Gracias... –susurré– Gracias por lo que hiciste hoy.

–Me pediste un favor y eso es lo que hice.

–Sí, pero sabes que fue más que eso.

–¿Qué pasa, Escargot? Te noto diferente.

Solté un suspiro y acomodé el nudo de la corbata.

–Lo sé, es que hay algo muy delicado que necesito contarte.

–¿Qué pasa, bonita? Sabes que puedes confiar en mí.

–Ahora lo sé –confesé– Sé que puedo confiar en ti, Koga.

Él sujetó mis manos y me miró fijamente a los ojos.

–Me recuerdas tanto a ella –comentó, como si hablara consigo mismo.

–¿A quién? ¿A Kagome?

Koga negó con la cabeza mientras acariciaba un mechón de mi cabello.

–A Sango. A mi pequeña hermanita.

Enmudecí. La sorpresa me dejó completamente atónita ante lo que acababa de escuchar.

–Sí, me recuerdas a ella. Ahora más que nunca, con esos ojos llenos de angustia, como si ocultaran algo. Así me miraba Sango cuando nuestro padre se enojaba con ella después de una travesura.

FRAGMENTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora