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Rivers

Mierda y mil veces mierda.

Lo que me había ganado por haberle contestado de mala manera a una profesora.

Flashback

Mis parapados se sentían demasiado pesados e inconscientemente los cerré un momento, pero escuche una molesta voz.

—Señorita Rivera ¿Le gustaría contarnos su grandioso sueño?

—No es de su incumbencia...

—Bien, 5 puntos menos y limpiara el gimnasio entero, si no lo hace obtendrá una suspensión temporal.

Mierda...

—Samantha levanta ¿Qué te ocurre? — escuché a Ama a mi lado.

—Déjame dormir...

Fin del flashback

Estaba camino al gimnasio con aún más cansancio, no entendía la razón de mi cansancio—Felix—Por lo que sabía los utensilios de limpieza estaban en una bodega en el gimnasio.

Entre y no había absolutamente nadie por suerte, me dirigí a la dichosa bodega y busque lo necesario. Escoba, trapeador, trapos, líquidos de limpieza y desinfectante multiusos.

Comencé barriendo de arriba a abajo el gimnasio y ya sentía mis hombros pesados.

El polvo que salió lo tire por la puerta trasera que daba directamente al patio. Entre de nuevo a la bodega y agarre el trapeador, le puse un poco de desinfectante para volver a trapear de arriba a abajo el gimnasio.

Cuando iba saliendo de la bodega me encontré con la persona menos esperada...

Cuando me vio se sorprendió y comenzó a reírse a carcajadas.

Y así es... Era Felix.

—¡Samy que haces aquí! — siguió riendo y yo solo contenía mi furia.

—¿Qué te parece que hago?

—No no, ya veo que estas limpiando pero por que lo haces.

—Una estupidez — simplemente seguí con mi trabajo.

—Y yo pensaba entrenar solo pero ya veo que tendré compañía — ahí me di cuenta de que Felix traía una maleta y traía ropa deportiva.

—¿Entrenas? — Lo sé, hice una pregunta muy estúpida.

—Claro, o si no como piensas que mantengo este envidiable abdomen — se levanto la camisa mostrando su perfecto abdomen —Y tu ¿Qué haces caminando como pingüino?

—Felix, no estoy de humor ahora.

—¿Qué? Pero si anoche te di duro — se encogió de hombros y se subió a la camilla para sentarse y hacer ejercicio con mancuernas.

—Voy a hacer como que no estas ahí.

Seguí con mi trabajo, terminé de trapear y volví a entrar a la pequeña bodega para traer un trapo y limpiar las camillas y todo.

Cuando salí vi a Felix subido en la barra haciendo dominadas, casi voy y le arranco la poca ropa que tiene de tan solo verlo.

Me incline para limpiar una de las camillas y el tiempo se me hizo eterno.

Al final pude terminar todo el trabajo y Felix seguía ahí viéndome.

—¿Vas a seguir viéndome? — pregunte un tanto incrédula.

Claro

—Pues que te vaya bien porque me voy.

—Sam, espera

Lencería  ──  riverduccionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora