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Desperté desorientada en los brazos de Junior que sonrió aliviado a el verme. Me senté a su lado después de que me soltara y el beso mi cien.
- Iré a abajo por agua. - le aviso y el asiente. - ¿Quieres algo?
Me ve como si me hubieran salido dos cabezas pero quería hacer como si nada sucediera.
Como si no me afectó la noticia.
- No, gracias aquí te espero. - me dice y yo asiento mientras beso su mejilla y salgo de mi recámara.
Recuerdan eso de que ya no tenía lágrimas para llorarles?
Creo que esta vez me he quedado seca, no lloré pero mi alma estaba hecha pedazos y ahí fue cuando me di cuenta nuestros caminos se separaban
Ellos las eligieron a ellas, no vendrían a buscarme ni a pedirme perdón. Era más que obvio que no se arrepentían, mi madre me volteó a ver con pena en su mirada.
Me sentí tan impotente, esas miradas me hacen sentír que no podía ser mejor y me sentía inútil.
¿Por que me daban miradas de pena? Ni que con esas tontas miradas pudieran regresar el tiempo y evitarme cometer el mayor error del mundo...
No pueden simplemente dejen de dirigirme ese tipo de miradas
- Hija todo bien? - me preguntó mi madre cuando toque el último escalón.
¿En serio me preguntó aquello o fue producto de mi imaginación?
¿Cómo esperaba que estuviera? Me acabo de enterar de que no se arrepienten y de que no vendrían a buscarme.
De que solamente me utilizaron...
- Sí mamá todo está bien. - dije con la voz rota me di media vuelta y seguí mi rumbo a la cocina
Me siento vulnerable me siento triste y traicionada
"Espabila Astrid pasa de hoja ellos ya lo hicieron ahora hazlo tú" me dije mentalmente una y otra vez.
¿Por qué demonios tenía que haberme pasado esto? ¿Por qué ellos tendrían que haber venido? ¿Por qué papá aceptó?
