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Junior pago nuestras entradas y enseguida nos adentramos en el Zoológico.
Hacia unos dos años que no venía para acá, creo yo. Amaba este lugar, siempre me gustaron los animales y aquí los veía de manera segura y de cerca.
- ¿A dónde quieres ir primero, bonita? - me pregunta cuando estamos frente a un estanque.
- Vamos a el Safari. - le pido y el asiente mientras comenzamos a caminar hasta el lugar.
Caminamos en silencio y algunos niños que eran fans de Junior le pedían fotos a lo que él siempre aceptaba y era muy amable con todos.
Llegamos a el Safari y yo parecía niña con juguete nuevo.
Tomé la mano de Junior y lo jale hasta entrar a el lugar.
- Mira Junior, un León. - le digo emocionada mientras me acerco a el cristal.
- ¿Te gustan? - pregunta mientras se acerca a ver.
- Si, es de mis animales favoritos. - le respondo y volteo a verlo. - Junior, mamá dice que te gustó y yo le dije que era una mentira por qué ya sabes, tu y yo somos amigos.
Antonio hizo una mueca de dolor y yo le mire atentamente esperando su respuesta.
- Astrid... - inicio y en ese instante me di cuenta de que no lo era.
- ¿Es mentira, verdad? Tu y yo somos amigos. - le pregunto y el no responde.
Nos quedamos unos segundos en silencio y el decide hablar.
- Si, lo somos. - me responde. - Pero yo sí estoy enamorado de ti.
- Junior yo... - el me corta y vuelve a hablar.
- Yo se que tú no me ves de la misma manera. - dice con pesar. - Y duele ¿Sabes? Duele como nada en este puto mundo.
- Junior, te quiero pero acabo de terminar una relación a la que le di muchas esperanzas... - le digo con una triste sonrisa.
El no dice nada el resto del trayecto hasta que bajamos de la atracción y vamos a otra.
- ¿Por que Astrid? - le miro confundida ante su pregunta. - ¿Por que los elegiste a ellos? Nata, Peso y yo pudimos ser mejores que ellos.
