𝖀 | ❝ But it's so hard. When it feels like my fault When I keep 'em so far. Happens when I go dark
I'm so unsteady ❞
⋆⁺₊⋆ ☾⋆⁺₊⋆
Annabella Riddle, una formidable aurora temida por su apellido...
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AGOSTO 2015
Harry y Annabella aparecieron frente a una elegante villa en la costa griega. El sol del atardecer bañaba la escena en tonos dorados y rosados, reflejándose en el mar Egeo que se extendía hasta el horizonte.
Harry miró a Annabella, sus ojos verdes brillando con amor y picardía. Sin previo aviso, la levantó en sus brazos, provocando una risa sorprendida de su esposa.
—¡Harry! —exclamó Annabella entre risas, sus brazos rodeando el cuello de él— ¿Qué haces?
—Llevando a mi esposa al umbral de nuestra luna de miel, por supuesto —respondió Harry con una sonrisa, caminando hacia la entrada de la villa.
Con un movimiento de su varita, la puerta se abrió, revelando un interior espacioso y lujoso. Harry entró, aún cargando a Annabella, y ambos miraron alrededor con asombro.
—Es hermoso —susurró Annabella, sus ojos recorriendo los altos techos y los elegantes muebles.
Harry la bajó suavemente, pero mantuvo un brazo alrededor de su cintura. —Vamos a ver el dormitorio —sugirió, guiándola por el pasillo.
La habitación principal era impresionante, con una gran cama con dosel y puertas de cristal que daban a un amplio balcón. Annabella se dirigió inmediatamente hacia él, saliendo al aire fresco de la noche.
Harry la observó por un momento antes de seguirla. —¿Qué haces? —preguntó suavemente, acercándose a ella.
Annabella sonrió, sus ojos fijos en el horizonte. —Solo admirando la vista. Es increíble.
Harry la abrazó por detrás, sus labios encontrando el suave punto donde su cuello se encontraba con su hombro. —Sí que lo es —murmuró contra su piel—, pero no tan increíble como tú, señora Potter.
Annabella se giró en sus brazos, una sonrisa radiante iluminando su rostro. —Señora Potter —repitió, saboreando las palabras—. Suena bien.
—Suena perfecto —corrigió Harry, apoyando su frente contra la de ella—. Te lo prometí hace muchos años, ¿recuerdas? Que algún día serías mi esposa.
