XI

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Capítulo 11.

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El día del partido finalmente había llegado. Annabella salió de la ducha, envuelta en una toalla, su mente repasando la carta que había enviado a Delphini días atrás, excusándose de su encuentro en Hogsmeade con la excusa de ir al partido de quidditch con amigos. No le gustaba mentir, pero era necesario para mantener su tapadera.

Se acercó al armario y sacó el conjunto que Astoria y Elise prácticamente la habían obligado a comprar. A regañadientes, admitió que le gustaba. Se puso la blusa tipo corset negra con detalles plateados, ajustándola cuidadosamente. Luego se deslizó en los pantalones a juego.

Completó el look con unas botas cortas negras que ya tenía. Se miró al espejo y su mirada se detuvo en su antebrazo. La marca... Annabella sabía que era poco probable que usara la chaqueta todo el tiempo, y no quería arriesgarse.

—Maldita sea —murmuró.

Había probado varios hechizos que había usado en el pasado para ocultar rastros de magia oscura. Nada parecía funcionar.

Así que optó por una solución muggle. Tomó un poco de maquillaje y comenzó a cubrir la marca cuidadosamente. Cuando terminó, era casi visible.

Se estaba aplicando un poco de maquillaje en el rostro cuando sonó el timbre. Frunció el ceño, confundida. No podía ser Harry, él le habría avisado.

Abrió la puerta para encontrar a Elise sonriendo ampliamente.

—¡Ya llegué yo! —exclamó Elise, entrando sin esperar invitación—. Estoy aquí para asegurarme de que no te arrepientas en el último segundo y para que te veas absolutamente deslumbrante.

Annabella rodó los ojos, pero no pudo evitar sonreír. —No iba a arrepentirme, Elise.

—Claro que no, porque estoy aquí para impedirlo —respondió Elise, agarrando un cepillo y el secador de pelo—. Siéntate, voy a hacer magia con tu cabello.

Mientras Elise trabajaba, charlaron sobre todo y nada.

—¿Nerviosa? —preguntó Elise, notando cómo Annabella jugueteaba con sus manos.

—Un poco —admitió Annabella—. Es solo que... han pasado tantos años.

Elise detuvo el secador por un momento. —Creí que habías dicho que no era nada, que solo iban como amigos.

Annabella se sonrojó ligeramente. —Y así es.

—Entonces no tienes por qué estar nerviosa, ¿verdad? —Elise arqueó una ceja, una sonrisa conocedora en sus labios.

Unsteady ² | Harry Potter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora