Episodio 12 - "No más secretos"

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Han pasado ya varios días desde la última cita que tuvimos Ken y yo. Después de aquella noche he estado algo preocupada por él. Se veía algo cansado aunque era obvio que intentaba disimularlo por mí... Incluso, le envié algunos mensajes, pero en cada contestación era más cortante de lo normal, lo cual me hace pensar que algo no anda bien, pero sinceramente, siento que sí le pregunto estaré invadiendo su vida personal o lo molestaré más que ayudarlo. Luego de un día de trabajo, decido, finalmente ir a verlo a su casa. Paso rápidamente por una panadería y le compro un pequeño pastel como sorpresa para no llegar con las manos vacías.

Al llegar a la puerta de su casa, toco a la puerta, pero nadie responde. Luego de un rato, me doy cuenta de que la puerta está abierta, así que mi preocupación aumenta y decido entrar a ver si todo está bien.

- ¿Hola? ¿Kenji? ...

Llamo, sin recibir respuesta alguna. Escucho un ruido sordo, que proviene de algún piso de abajo. Veo un elevador muy moderno y decido bajar en él. Al llegar al último piso, lo que mis ojos presencian es lo último que me esperaba ver... Kenji está ahí, pero se ve golpeado y tiene el cabello revuelto como si hubiera estado en una pelea. Cuando bajo, no me presta atención, ya que está demasiado ocupado encargándose de un... ¡¿Un Kaiju?! Como estoy en shock, mi garganta no pronuncia ni un pío. Pero, debido a eso también, mis ojos se abren de par en par al ver la siguiente escena... Ken es envuelto en una capa de luz que aumenta en tamaño hasta llegar al techo. Cuando la luz se desvanece, ya no es Ken a quien veo, sino Ultraman. Luego, vuelve a ser Kenji y luego Ultraman repetitivas veces hasta que él Kaiju que está encerrado deja de llorar y, al igual que yo, se da cuenta de que son la misma persona.

- Ken, tienes una invitada.

Una esfera que flota en el aire se gira hacia mí y le avisa a Ken de mi presencia. Kenji se queda tan sorprendido de verme como yo.

- ¡¿Yoshi?! Ay no... A-Ah, ¿Q-Qué haces aquí?

Mira al Kaiju detrás de él y, como si fuera lo suficiente grande en ese momento, estira los brazos para intentar cubrirlo, claramente en vano. Me sonríe nerviosamente, como diciendo: "Aquí no hay nada que ver" e intenta desviar mi atención. Yo, por otro lado, pierdo las fuerzas y mis rodillas ceden, haciéndome caer al suelo de un sentón. Me quejo, aún consciente, aunque, a duras penas cuerda y en mis cinco sentidos. Ken corre a toda velocidad a ver si estoy bien.

- ¡Yoshi! -se agacha a mi lado y trata de sostenerme- ¿E-Estás bien? -gira su cabeza con desesperación hacia la esfera flotante- ¡Mina, rápido, escaneo de emergencia!

Un lacer recorre mi cuerpo de arriba hacia abajo, pero estoy demasiado abatida como para alarmarme.

- Detecto un pulso muy acelerado. Se siente débil debido a que recibió una impresión gigantesca.

En medio de mi abatimiento, encuentro fuerzas para pronunciar un par de palabras.

- Colosal, diría yo...

- ¡Yoshi! ¿Cómo estás?

Ken me mira con la preocupación más sincera. Yo intento levantarme, pero no puedo sola y por las fuerzas que me faltan, vuelvo a recaer, pero Kenji me sostiene antes de que vuelva a caer.

- Ah, ¡Cuidado! -me sostiene con delicadeza, pero fuerza a la vez- No quiero que te lastimes..

- Estaré bien...

- Espera. -su mano envuelve mi espalda, y la otra pasa por detrás de mis piernas para levantarme y llevarme al sofá- Mina, agua.

Un cajón del sofá se abre y Ken saca una botella de agua de ahí y me la da a beber. Luego, Mina saca un pequeño abanico de algún lado de su mecanismo para hacerme aire.

- Yoshi... ¿Te sientes mejor?

- Un poco... Gracias...

Aún débil, Ken me mira y me hace una pregunta luego de dudar un rato.

- Yoshi... ¿Desde hace cuánto llegaste? -agita la cabeza- No, más bien. ¿Cuánto viste...?

Cuando me recupero un poco más, le respondo con toda la calma posible.

- Ví a la Kaiju... -hago una pausa para reincorporarme lentamente- ... Y a ti...

La piel de su rostro se vuelve casí igual de pálida que la mía en estos momentos.

- Eres... Ultraman...

Pronuncio las últimas palabras y como si se tratara de algo terrible, Ken palidece por completo y se recarga en el sofá con un fuerte resoplido de angustia.

- Papá va a matarme... -se pasa una mano por el cabello para apartarlo de su frente con frustración- ¿Qué voy a hacer ahora...? Hay un Kaiju en mi casa, ¡Un Kaiju bebé! Y por si fuera poco, la chica que me gusta se acaba de enterar que soy Ultraman, ¡Y es la única persona, además de mi papá, que lo sabe!

Habla solo como si se olvidara que estoy aquí. La esfera flotante se acerca a nosotros.

- Tu padre lo entenderá, Ken. Siendo Ultraman no se negó a la dicha de tener una familia. Tú y tu madre conocían su identidad.

Ken suspira, un poco más aliviado.

- Espero que tengas razón, Mina...

Al escuchar los quejidos de el Kaiju, mi mirada se desvía a la cápsula que lo tiene encerrado. Parece más asustado que nosotros, es como si fuera un bebé indefenso, pero lejos de su madre. Siento una punzada en el pecho que me impulsa a acercarme. Cuando me levanto, me pasa un fallo y mi cuerpo flaquea. Ken extiende los brazos para atraparme, pero al ver que no me caigo, los retira y le dedico una sonrisa reconfortante para que sepa que puedo hacerlo sola. Con paso lento, me acerco al Kaiju. Una vez que estoy frente a él, puedo verlo con más detenimiento, lo cual me permite ver detalles que a simple vista no veía. Sus ojos se cristalizan por las lágrimas, haciendo que sienta lástima por él. Se apoya al cristal con la esperanza de que se abra y le deje salir, lo cual no pasa. Cuando me ve, su llanto cesa un poco. Y cuando la veo a los ojos siento una ligera corriente de electricidad, como una conexión... Mi mano se posa en el centro de su patita, y aunque el cristal que hay entre nosotros impide que nos toquemos, siento como si ese cristal no estuviera ahí. Cuando una sonrisa se amplía en su tierno rostro, mi teoría se confirma.

- ¡Fascinante! -exclama Mina- Es la primera vez que se ve algo así en la historia.

- ¿Qué cosa, Mina? -pregunta Ken con confusión-

- La cría no solo se ha apegado a ti, Ken. También a ella.

- ¿Qué? -pregunto, desconcertada-

- Quiere decir que la Kaiju cree que eres su madre.

Algún Día Donde viven las historias. Descúbrelo ahora