Por nuestro bien

Episodio 26: Las cartas sobre la mesa.

Pov : Reo

Mientras estaba en el baño hice el intento de relajarme, por el momento no voy a sobre pensar las cosas, necesito tener mí cabeza fría para la cena que solo faltan una hora y poco más... Si sigo haciendo las cosas bien podré ver a mí madre dentro de poco, ya dejé el equipo y para mí suerte aún no me topé con Nagi... Aunque eso es algo inquietante, aún no sé que le pasó, mi padre aseguró que por el momento si hacía lo que decía Nagi seguiría en la preparatoria, no puedo dejar el equipo sin un plan b u alternativa como delantero, supongo que si papá quiere cenar conmigo podré saber más detalles de la foto, o de los padres de Nagi.  Terminé el relajante baño y le sequé, elegí una ropa normal para estar en casa y me quedé en mí cuarto hasta que sea el momento de que me llamen a cenar. Tomé un libro para distraerme y pasar el tiempo, por suerte sumergirme en la lectura me hace olvidar un poco de lo miserable que es mí vida. Al cabo de casi una hora tocaron mí puerta avisándome que la cena estaba casi lista y mí padre me esperaba en el comedor, me levanté y puse mis pantuflas para andar en casa, abrí la puerta y me dirigí hacia el comedor, a medida que iba caminando por los pasillos y bajando las escaleras noté lo lúgubre que era lo casa, sin dudas sería de esas típicas mansiones abandonadas que aparecen en las películas de terror.

Llegué al comedor y allí estaba mí padre, sentado con ropa casual y el pelo húmedo, seguro se duchó al igual que yo antes de cenar, estaba en la punta de la mesa, yo me acerqué a la otra esquina de la mesa y corrí la silla pero antes de sentarme el me interrumpió

- ¿Te sentaras ahí, por qué no te sientas a mí lado?.

No dije nada ante ese comentario, solo volví a acomodar la silla y caminé hasta llegar a su lado izquierdo y me senté, no voy a negar que es incómodo, cuando cenábamos los tres ese era mí lugar, yo a su lado izquierdo y mí madre a su derecha frente de mí. Nos quedamos en silencio mientras nos servían la comida y llenaban nuestras copas, él cómo siempre bebía vino y a mí solo agua con gas, terminaron de servir todo y mi padre pidió que nos dejarán solos. Cuando cerraron las puertas del comedor agradecimos por la comida y comenzamos a cenar, está vez yo romperé el hielo.

- ¿Cómo estuvo el trabajo?.

- Pesado como lo habitual ¿Cómo estuvo la escuela?.

- Bien, ya renuncié al equipo de fútbol y con Akane solo nos concentramos en el festival de primavera.

- ¿Quien es Akane?.

- Una amiga. Akane Sugishita, tal vez te suene su apellido.

- ¿La hija de Kyotaro Sugishita, el jefe de exportaciónes al extranjero?.

- Si.

- ¿En serio es tú amiga?.

- Sí... Algo así.

- Me enorgullece mucho saber eso, es bueno saber que te estás relacionando con mejores personas y tengas bien enfocada la mente.

- Sí... ¿Y tú como van las cosas en la empresa, alguna novedad del proyecto de Tenjiku?.

¿Fui muy obvio?

- Ni lo menciones Reo, hay un gran problema por el maldito ejecutivo que mandé allí, me llamaron unos asesores y abogados, el maldito está arrestado y por si fuera poco los inversionistas de Tenjiku están molestos. Todo está muy jodido.

- ¿Que ocurrió papá?.

- Supongo que si te lo cuento... Sabrás el gran error que cometiste, no más bien que tú y ese maldito muchacho cometieron, así sepas el peso de tus acciones. El ejecutivo que estaba a cargo del proyecto de Tenjiku era el padre de ese mocoso.

- Papá ¿Por qué no empiezas por el principio? Si no te importa claro.

Quería tener la mayor información posible, papá solo me miró, cerró los ojos y suspiró resignado, bingo. Lo conseguí.