Introducción

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En el cénit de su poder, el Imperio Japonés se alzó con una ambición desmedida, dispuesto a expandir su dominio más allá de los confines conocidos. Con el alba del nuevo siglo, el imperio desplegó su maquinaria bélica y diplomática, acumulando victorias en campos de batalla, firmando tratados estratégicos y anexando vastas tierras. Cada conquista no solo significaba una expansión territorial, sino también la forja de un honor inquebrantable, hasta colocarse al borde de rivalizar con la dinastía china en poder y prestigio.

Para mediados del siglo, el Imperio Japonés controlaba una porción significativa del continente asiático. Con el objetivo de administrar sus nuevas posesiones de manera eficiente, el imperio implementó un sistema administrativo innovador. Las familias nobles de los reinos derrotados fueron convocadas a Japón, donde se les instruyó en los métodos del nuevo régimen. Posteriormente, regresaban a sus tierras natales para gobernar como vasallos del emperador, en una muestra de poder y control sutil pero absoluto.

Entre las familias trasladadas temporalmente al fastuoso palacio imperial se encontraban los Kim de Corea, los Manoban de Tailandia, los Karang de Indonesia y los Videla de Filipinas. Era el año 1868, y las nuevas generaciones de estos reinos habían crecido bajo la sombra del imperio, sin memoria de una vida anterior a la conquista.

El palacio, corazón del poder imperial, albergaba a las familias más influyentes, compuestas por alfas y omegas destinados a crear alianzas estratégicas. En este entorno, se entrelazaban la paz y la estabilidad con una compleja red de intrigas y pasiones. Impecable en su presentación, el palacio se transformaba en un escenario de pureza y decadencia, donde las alianzas se forjaban no solo por motivos políticos, sino también por los deseos más profundos.

...

En el palacio, cada uno de los miembros tenía una historia totalmente distinta; algunos sobre las nubes y otros bajo la tormenta, reflejando su cruel ironía.

—¿Por qué la servidumbre está llamándome "la señora de Pranpriya", Lisa? —la pregunta surgió en el lugar tal como Jennie esperaba, mientras dos grandes puertas se cerraban a sus espaldas.

Con la barbilla en alto, dirigió su mirada penetrante hacia la silueta de la chica sentada al otro lado del escritorio. No tenía dificultad para moverse con un vestido de dormitorio, solo con su enagua por debajo, siendo lo suficientemente cercana a Lisa para presentarse de esta forma por la mañana en su oficina.

—¿Q-qué?

Jennie rodó los ojos, posando la palma de sus manos en la madera pulida de la mesa. Cuidaba de no hacer presión ni dañar los muebles, solo siendo invasiva con la tailandesa.

—Sabes qué fue lo que dije. ¿Por qué estoy comprometida ante todos?, ¿quién es Pranpriya? —suspiró dramáticamente—. Anula eso ahora mismo. Prometiste que no me enlazarían con los hijos de la corte.

La alfa empujó su espalda contra el respaldo de la silla y cruzó sus brazos sobre su pecho.

—Jen, tu padre ha muerto —dijo, como si fuese un anuncio nuevo para Jennie, quien ya lo había escuchado de todo el mundo. Es una condena para su padre, y una amenaza para ella y su madre. Sabía perfectamente en qué situación se encontraba—. Tú y tu madre están en un terrible peligro ahora, eres la única esperanza de todo tu legado para permanecer en el palacio, ¿entiendes eso?

—¡Me vendiste!

—No, Jen, no lo entiendes. Era la única opción, ustedes iban a ser exiliadas, en el mejor de los casos.

—¿Quién es Pranpriya? ¿Por qué fue esa persona? ¿Me diste al mejor postor, o ni siquiera eso quisiste hacer?

A pesar de haberse juntado con las personas correctas según su propio criterio, Jennie estaba preparada para este momento desde que su padre se convirtió en "Rey de Corea", cuyo peso real es el de un duque para el imperio. Sabía perfectamente que debía casarse antes de los diecisiete, no podía desperdiciar su juventud mientras la tenía.

Pero encontró la manera de llegar a los veinte con anillos de plata que su padre le obsequió y su virginidad intacta.

Si iba a casarse, al menos iba a conseguir al mejor alfa para hacerlo. Se estaba preparando para ir a Francia, conocer a los duques más prominentes y aprender de las omegas más codiciadas. Ya se había ganado a gran parte del palacio tailandés; incluso sin su padre, Jennie se creía capaz de sobrevivir ahí unos meses más.

Pero ha sido traicionada.

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°G!P| Girls with penis

°Contenido sexual explícito| No apto para menores.

°Omegaverse| Sociedad dividida en Alfas, Betas y Omegas.

°Cambio de personalidades/edades de ídolos.

°Esto es un FanFic, una historia totalmente ficticia. No se tomen personal las actitudes o acciones de personalidades creadas por y para entretenimiento.

°No se busca fomentar ningún tipo de odio o violencia a ningún ídolo mencionado durante la lectura.

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Nueva historiaa, estaba emocionada por esta en especial, que bueno que ganó. Tienen buen gusto 👍👍👍

¿Capítulo uno?

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