|04| Así debe ser

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Jennie se saltó el desayuno esa mañana, lo que no sorprendió a Lisa. Preguntó a dónde había ido y uno de los omegas dijo que cambió su vestido y salió al jardín antes del desayuno. Asumió que iba a volver a lo largo de la tarde y aprovechó su ausencia para hablar con Jihyo en la mesa, pues la Filipina era la única reina en la que confiaba lo suficiente para hablar de su próximo lazo como la próxima ejecución de la nobleza.

Sin embargo, no podía dejar que el resto de los miembros supieran algo de la situación con Jennie, no era correcto no sólo por su privacidad, sino para evitar manchar la imagen y honor de la omega y el suyo. Los rumores resbalan en esos pasillos brillantes, y son irremediablemente dañinos.

Habló naturalmente con Jihyo hasta terminar el desayuno y después salieron al jardín, sentándose en la misma banca del día anterior.

—¿Lo tomó muy mal? —Jihyo preguntó, volteandose para evitar la mirada descontenta de Daniel, quién fingía interés por la charla de Chantal y Minnie. Era evidente que la esperaba, viendo el momento para ir con ella sin molestar a la reina Pranpriya.

—No, quiero decir, sí —Lisa cerró sus ojos—. Arruiné su vida y... se veía muy mal, pero realmente creí que me golpearía, y no lo hizo.

—No arruinaste su vida —dijo con algo de ánimo—. La salvaste. Le diste otra oportunidad de vivir.

Lisa estuvo de acuerdo, pero había un hueco de culpa en su pecho que opacaba sus buenos pensamientos. Negó.

—No es la vida que ella quiere. —Jihyo se cruzó de brazos, mirando a Lisa por lo alto y preguntándose si fue Jennie la que llenó su cabeza de tanta negatividad. Por su parte, ella creía que todo había pasado a la perfección, aunque no quisieran verlo así por el momento—. Pero... aún así fue lo mejor —añadió, sabiendo que Jihyo lo creía así y debía darse un momento para estar cuerda. Dejar de escuchar las preocupaciones que hacían palpitar su corazón y dejar fluir los pensamientos lógicos.

Jennie está a salvo. Es lo que importa.

—Hiciste lo correcto —la mayor palmeo su espalda con suavidad y firmeza. Lisa no es de cartón, de eso estaba segura, y estaba segura de que ella era la mejor persona para socorrer a Jennie. Con su paciencia y mente fría lograría la paz que tanto desea para ambas, sólo hacía falta ensuciar un poco sus manos y aceptar que así se movía el mundo—. Cuando llegue el momento, Jennie lo admitirá también, ella es inteligente. Yo le enseñé a ser agradecida. —Lisa sonrió ante sus palabras—. ¿Harán una ceremonia tradicional?

Lisa se detuvo un momento a pensar.

—En Japón es tradicional hacer la ceremonia cuando el omega ya está marcado. En Corea también, pero en Tailandia prefieren una presentación oficial antes del lazo.

—Y te dieron tres días —concluyó Jihyo.

—Exactamente —Lisa suspiró.

—¿Qué piensa ella?

—No hemos hablado desde la mañana. Ella... está indispuesta.

La Filipina frunció el ceño. Lisa no detalló la reacción de Jennie ante la noticia, pero ya había un terrible rumor sobre Jennie golpeando a la servidumbre por no ser llamada "Reina" pasando de boca a oreja en la mesa. A juzgar por la gravedad de los rumores, el carácter explosivo de Jennie y la actitud preocupada de Lisa, se atrevió a creer que había algo de cierto en todo eso.

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