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Estaba en casa con mi novio, eran al rededor de las 11pm, yo estaba acostada en el sillón mientras él estaba arriba en el cuarto.
-Amor ¡ven!- grito desde las escaleras.
Al subir al segundo piso entre al cuarto, donde estaba esperándome.
-Ponte estas- dijo enseñándome unas bragas de encaje que compre hace unos días.
-¿De donde las agarraste?- dije riéndome, ya que se miraba muy emocionado.
-Estaba viendo que había en las bolsas que compraste y las vi- dijo sonriendo -¿Ya te las vas a poner o que?- dijo acostándose en la cama.
Las tome y entre al baño, poniéndomelas, saliendo con sólo mi ropa interior puesta.
-Dios mío- dijo exagerando su reacción -Que rica te ves- dijo sentándose para jalarme, poniéndome encima de él.
Comenzó a besarme muy desesperado, tocando mis pechos sobre la tela del brasier, dejando besos sobre todo mi torso, tocándome, haciendo que sienta mil cosas en mi vientre. Me tomo por la cintura para acostarme sobre la cama, parándose para buscar un condon.
-Métemelo ya- dije despertada al ver que no lo encontraba, ya que se le notaba muy marcada su erección y me volvía loca con solo verlo.
Sonrió viéndome, caminando de nuevo hacia mi -Yo hago lo que tú pidas chiquitita- dijo volviendo a posicionarse sobre mi, comenzando a atacar mi cuello, pasando su dedo pulgar sobre mi clitoris, masajeando poco a poco -Quiero que estes bien mojadita cuando te lo meta- dijo dejando besos entre el espacio de mis pechos, haciendo que se me erice la piel.
Mis piernas intentaron cerrarse cuando sentí su respiración en mi intimidad, como comenzaba a dejar besos en esta, sobre la tela de las bragas -Que rico se te ve este encaje mami- dijo continuando con los besos -Te la rompería pero te quiero coger mil veces más con este puesto-.
-Ya métela Junior, ya hazme tuya- dije sintiendo desesperación al no sentirlo dentro de mi.
Sonrió levantándose, sacándose la camisa, y bajando su short -Lo que pida mi reina- dijo mientras se posicionaba entre mis piernas, comenzó a poner su intimidad sobre mi entrada, rozando poco a poco sobre la tela de mis bragas, bajándolas poco a poco, jugando con mi paciencia. Y sin avisar la metió completa, haciéndome soltar un chillido y cerrar mis ojos con fuerza -Te voy a dar duro mami- dijo comenzando a moverse, sin esperar a que mi cuerpo se acostumbre una vez más. Comenzó a moverse con fuerza, mis piernas comenzaron a temblar cuando puso su brazo sobre mi cuello, haciendo presión, haciendo que cada vez me excite mas, él sabía cuánto me encanta que me ahorque y ver sus tatuajes.
Enloquecí cuando dejo de meterla, dejándola adentro unos segundos, sintiéndome tan llena por él, como me encantaba -Si vieras como pones tu carita- dijo volviendo a moverse, volviendo a concentrarse en lo suyo, manteniendo mis piernas abiertas con su brazo libre, masajeando lentamente en círculos mi clitoris.
Comencé a sentir ganas de orinar, estaba a punto de venirme. Cuando lo hice, lo vi reír parando -¿Tan poquito aguantas?- dijo burlón mientras me volteaba poniéndome en cuatro.
-Cállate y no pares- dije recargándome sobre mis brazos escuchando su risa.
Volvió a meterla, pero ahora aún más rápido, pasando sus manos sobre mi espalda, tomándome por la cintura para dar más velocidad, poco a poco fue bajando el ritmo, saliendo de mi, sintiendo como bajaba líquido caliente sobre mis muslos -Mañana vamos a comprar todos los colores que tengan- dijo refiriéndose a mis bragas mientras se acostaba a mi lado abrazándome, haciéndome reír.
