Intuición de Hermanas

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Sintió su mano cálida detenerla al intentar caminar, sin fuerza alguna aplicada, solo su tacto que era suave. Su corazón estaba latiendo tan rápido que creyó que se desmayaría ahí mismo pero sucumbió cuando sus ojos se encontraron con los de la granjera y en un acto prácticamente de obediencia se sentó de nuevo en su silla, su otra mano la dirigió a su rodilla y todo esto pareció tan lento que Haley pudo notar cada detalle en sus movimientos. La granjera acercó lentamente su rostro al de ella y notó como ahora su mirada estaba sobre sus labios y Haley prestó atención a los suyos también, cuando estuvieron tan cerca que sus alientos chocaban y sus ojos se cerraban, escucharon como la cerradura de la puerta principal se abría.

—Haley, no vas a creer lo que acaba de escribirme Sandy!— Gritó Emily y cerró la puerta, se aproximó tan rápidamente a la cocina que a penas tuvieron tiempo de separarse. La granjera apretó los ojos con decepción y Haley se quedó en su sitió con una mezcla de frustración y vergüenza, estaba tan absorta en si misma que casi no pudo notar la mano de la granjera apretando su pierna, transmitiéndole un mensaje que no pudo comprender. La granjera la miró de nuevo, ambas las mantuvieron fijas en la de la otra y entonces Emily entró a la cocina con un trozo de papel entre las manos y se detuvo al notar la callada presencia de ambas.
—Oh...Perdón no sabía que estabas aquí. — Le dijo a la granjera con tono tímido. Haley la miró con extrañez.
—No, lo siento, es que vine a ayudarle a Haley con un frasco de mermelada que no podía abrir.— Respondió la granjera con un tono tan nervioso que dejaba ver que el mundo le daba vueltas.
Haley seguía tan quieta en su lugar que Emily la miró con ojos preocupados y le tocó un hombro.
—¿Estás bien, Haley? te ves un poco... como si hubieras visto un fantasma.— Emily se escurrió entre el espacio que había entre ella y la granjera, separándolas.
—Si, si estoy bien. ¿Qué dijiste sobre Sandy?— Dijo Haley por fin después de ser traída a la realidad por las manos de su hermana.
—Mejor me voy para que puedan hablar a gusto, chicas.— La granjera se levantó de la mesa y tomó su sombrero.
—¿No te quedas a comer? Prepararé algo que nos guste a todas. ¿Qué prefieren?— Emily levantó la vista del rostro de Haley que ahora tenía entre sus manos y Haley solo pudo pensar en que desearía que esas manos fuesen las de la granjera, que en ese momento la sostuviera y la regresara a lo que había estado a punto de suceder. Sintió rabia con las manos de Emily por la interrupción y las apartó de ella con delicadeza pero conteniendo la ira que sentía en ese momento.
—No... creo que lo mejor es que me vaya.
—Quédate.— Ordenó Haley mirando a la granjera a los ojos y Emily la miró a ella frunciéndole el ceño con confusión y la granjera se frenó en seco.
—Lo siento tengo que ver como van las cosas en la granja. Pero nos veremos después.— Dijo la granjera y Haley pudo notar como sus ojos ahora no pudieron sostenerle la mirada y siguió su camino, abrió la puerta y se cerró. Después hubo un silencio tan incómodo que Haley suspiró liberando tensión y Emily la miró arqueando una ceja con una sonrisa mientras cruzaba los brazos.
—¿Qué estaba pasando aquí exactamente?— Preguntó su hermana con un tono acusador.
—Terminé con Alex para siempre Emily...— Respondió Haley con astucia suponiendo que sería la manera perfecta de desviar la atención de la situación tan tensa. Emily sacudió un poco la cabeza y se sentó en la silla que había estado la granjera hacia unos segundos.
—¿Definitivamente?— Haley asintió.
—Eso es grandioso Haley. ¿Cómo lo tomó Alex?— Preguntó con curiosidad. Parecía que había logrado que olvidara la tensa situación con la granjera.
—Ya sabes como es Alex, estará bien.— Respondió y le sonrió a Emily.
—Me alegro por ti, verás que es lo mejor para los dos, ya era hora.— Dijo su hermana poniéndose de pie y besándole la frente. Haley se sintió mimada como cuando eran niñas y no pudo evitar abrazarla antes de que se separara de su tierno gesto. Emily, un poco sorprendida le correspondió el abrazo y la estrujó con fuerza, luego se separó de ella tomándola de los brazos y con un gesto condescendiente separó un poco sus labios para preguntarle algo.
—¿Le contabas a la granjera sobre esto?—"Maldición" pensó Haley. Creyó haberse quitado de encima el asunto de la interrogación sobre la visita de la granjera.
—Si, le pedí ayuda con el frasco y como me sentía muy emocional le terminé contando. Es... confiable, me parece.— Dijo intentando parecer lo más natural posible ante su hermana para no levantar más sospechas y que la conversación no se convirtiera en cuestionamientos de los que no pudiera salir con tanto éxito como había logrado hasta ahora.
—Si lo es, de hecho me parece linda. ¿A ti no?— La pregunta de Emily salió tan abruptamente que Haley sintió que era intencionalmente culposa. Como si ya lo supiera todo, como si hubiera abierto su pecho y visto su corazón latir con velocidad cada que la granjera hacía algo mínimamente sugerente.
—¿Linda? No lo sé.— Respondió con un disgusto tan fingido que temió ser descubierta.
—A mi me lo parece.— Dijo Emily sonriendo y a su vez levantándose para comenzar a preparar la comida. —¿Crees que le gusten otras chicas?— Otra pregunta que retumbó como relámpago en la extraviada cabeza de Haley.
—¿Qué? No lo sé, Emily. Estás muy rara con esas preguntas hoy.— Dijo admitiendo su confusión y Emily se encogió de hombros.
—No lo sé, es que a mi me parece que le gustas.— Sacó una caja de harina de la alacena sin mirar a su hermana y hubo un silencio tan sepulcral que se vio obligada a mirar en su dirección. Haley tenía la boca abierta, los ojos enrojecidos, perdidos más allá de la mirada que cruzaban entre las dos, parecía hecha de piedra.
—¿Haley? Por favor. No me digas que no lo sabías si te la pasaste toda la preparatoria viviendo situaciones así. — Dijo Emily en tono divertido y continuó sacando cosas de la alacena.
—No con chicas, Emily ¿Cómo voy a saberlo?— Preguntó Haley con genuino interés en su respuesta.
—No lo sé. Lo intuyo por como te mira, y ¿Ayudarte con un frasco de mermelada, Haley?—Emily arqueó mucho una ceja en un ademán de sospecha.
—Yo se lo pedí. No entró como por arte de magia a la casa.— Respondió a la acusación con irritabilidad.
—Hmm. Bueno, si tu lo dices.—Emily continuó con la búsqueda de lo que necesitaba.
—¡Tu!...Yo...Si...sí, me parece linda.— Admitió por fin agachando con vergüenza la cabeza. Decidió confesar porque tenía que sacarlo desesperadamente de ella, de su pecho que cada día crecía más y pensaba que a ese ritmo se volvería loca y además porque vio una oportunidad de reconectar con su hermana. Emily la miró con atención y una sonrisa de incredulidad y asombro en el rostro.
—Lo sabía, sentía una vibra...extraña cada vez que algo tenía que ver con la granjera.
—No sé que hacer Emily...— Haley tenía los ojos inundados, a punto de dejar caer grandes y gordas lágrimas y al notarlo, Emily dirigió su completa atención hacía ella de nuevo.
—¿Qué es lo que tu quieres hacer, Haley? ¿A que le tienes miedo?— Emily se cruzó de brazos y suspiró.
—Nunca me había sentido así, ni siquiera estoy segura de lo que me pasa.—Ahora las lágrimas brotaban con rapidez una tras otra, rodaban por sus mejillas hasta su barbilla y caían cual lluvia en el mantel, se llevó las manos a la cabeza y se echó a llorar, rendida, sobre la mesa.
—Tal vez esta vez debes seguir tu corazón.— Emily se aproximó y abrazó a su hermana con ternura. Haley sintió tan cálidos sus brazos que los sujetó y se entregó en llanto como si fuera de nuevo una niña pequeña con hermana mayor. Por primera vez en mucho tiempo, ambas estaban conectadas. Ya no solo se trataba de la granjera, era una profunda conexión que ambas tuvieron y conmovió a Haley de tal manera que creyó que de verdad podía empezar de nuevo, que podía ser como antes con ella, que podía confiarle lo que fuera, que ahora Emily podía saberlo todo.

Yo imagino siempre a Emily con la cara de Mary Elizabeth Winstead (Ramona Flowers) de Scott Pilgrim, entonces la representaré con su rostro

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Yo imagino siempre a Emily con la cara de Mary Elizabeth Winstead (Ramona Flowers) de Scott Pilgrim, entonces la representaré con su rostro. Les dejo como siempre unos sketches de ambas hermanas conversando.

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