¿Un beso?

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Mis piernas se sentían pesadas, no sabía si por el cansancio o por el nerviosismo. Haley era una chica realmente preciosa y ahora que la había podido observar más de cerca lo confirmaba con cada acción que ella hacía.

El trayecto que había de nuestra mesa a la de billar eran tan solo unos pocos metros pero se sintieron eternos. Miré de reojo sus brazos balancearse al caminar, su cabello ondulado y que hace unas horas se veía resplandeciente ahora era rubio oscuro por la luz cálida. Olía a un perfume tropical. Quise prestar un poco más de atención pero llegamos a la mesa de billar. Saludé a todos y me presenté lo menos torpemente que pude. Todos se veían agradables y gustosos de que nos uniéramos a su juego.

—Podemos jugar por equipos, si quieren.— Dijo Sam.
—Lo dices para no perder humillantemente.— Soltó Sebastian en tono burlesco.
—Somos cinco eso no va  funcionar.— Dijo Abigail.
—Con lo malo que es Sam quien lo tenga en su equipo es como si no estuviera de todos modos.
Una vez más Sebastian se burló de Sam y todos reímos, incluida Haley.
La miré dirigirse a tomar uno de los tacos de billar y como se alejó un poco pude ver sus piernas y noté que llevaba tacones que estilizaban aún más su figura. Me sonrojé y distraje la mirada en otra cosa. Alex me ofreció un taco y conformamos los equipos con un piedra, papel o tijera por descarte. En mi equipo estaban Sam, Sebastian, Abigail y yo, en el de Alex estaban Haley y Sebastian. Pedimos todos otro tarro de cerveza y como éramos impares y había que ceder un turno extra al otro equipo entonces tuvimos tiempo para conversar Abigail y yo. Haley estaba cerca de Alex, apoyada sobre la orilla de la mesa observando su tiro.
—Es extraño que jueguen billar con nosotros ese par.
—¿Quiénes, Haley y Alex?— pregunté como si no supiera la respuesta.
—Si, sobre todo Haley. No suele hablar demasiado con nosotros. Estoy segura de que le parecemos lo más aburrido en la tierra. De hecho odia venir aquí.
Asentí y comenté atrevidamente sobre lo juntos que parecían estar Haley y Alex.
—Siempre lo están. Han sido novios quien sabe ya cuantas veces. Siempre lo toman y lo dejan pero en realidad nunca realmente, ya sabes... "lo dejan"— Abigail hizo comillas con sus dedos y una mueca chistosa.
—Entiendo...— Fingí una risa y di un trago más de mi cerveza. Miré hacia donde Haley jugaba su turno. Agachada sobre la mesa, concentrada en su tiro, cerraba un ojo y apuntaba. De repente me miró, fue un instante pero me quedé helada. No pude mover un músculo y entonces disparó su tiro. Las bolas rebotaron en costados de la mesa, dos de ellas atinaron y Haley se levantó de su posición pasando una mano por su cabello, dibujando una sonrisa orgullosa en su rostro. La escena me pareció sublime. Pude ver su largo cuello, su collar reposando en sus clavículas, su cara más descubierta por un instante. Todos gritaron sorprendidos, hasta Sebastian. Ella se rio y Alex se le acercó y la rodeo con su brazo por la cintura. "Esa es mi chica" le dijo el y ella le tocó la mano. Quise ver a otro lado y esta vez no me costó ni un poco. Di un trago largo más y tomé mi taco.
—Veamos si puedo mejorar esa maravilla de tiro.— Sentí como mis palabras eran impulsadas por el efecto del alcohol. Me preparé, sostuve el aire, exhalé concentrada y tiré. Las bolas rebotaron con fuerza y dos entraron rápidamente, luego de unos segundos una tercera entró también. No lo podía creer, miré a mi alrededor y todos en mi equipo festejaban. Haley tenía una mirada confusa bien puesta en mi. Una ceja arqueada, los brazos cruzados. Apretó los labios. Se veía increíble, la luz le daba un efecto brillante a su cara, pude distinguir los brillos de su maquillaje.
—¡No puede ser! ¿Así se juega en la ciudad? ¡Ya tienes un rival digno Sebastian!— Alex gritó entre carcajadas. Sebastian gruñó.
—Ciertamente fue suerte. No soy así de buena. — Dije interrumpiendo la exhaustiva fiesta que me hacían. Era verdad, yo no jugaba tan bien, había sido suerte pero me sentí fantástica.

La noche continuó, jugamos unas partidas más hablamos y bebimos más cervezas. Todos estábamos un poco borrachos. Miré el reloj y pensé que sería buena idea ir a casa ya. Vi a Haley y a Alex caminar hacia afuera del salón y se me ocurrió que quizá se irían sin despedirse. Les agradecí a todos por la compañía y prometí vernos el fin de semana para volver a jugar.

Tomé mi cinturón de jardinería que había dejado en el respaldo de una silla e intenté ponérmelo pero me sentí muy ebria para lograrlo, seguí intentando y diciendo adiós con la mano a los demás empujé la puerta del salón.
Caminé unos pasos y vi a Haley y Alex besarse bajo un árbol a lo lejos donde la luz a penas les llegaba. Abrí mucho los ojos como si no pudiera entender si lo que veía era real o un truco de lo oscuro que estaba afuera; pero si, eran ellos. Haley le sostenía el rostro a Alex y el estrujaba su cintura. Caminé desviándome un poco para que no me vieran mientras me ponía el cinturón aún con esfuerzos y por un torpe movimiento una de mis herramientas se deslizó de su compartimiento. Reaccioné veloz y pude atraparla antes de que tocara el piso. Miré donde Haley y Alex con terror de haber llamado su atención con el alboroto que casi causé y comprobé que seguían besándose pero ahora con más intensidad. Tragué saliva y me fui apretando el paso en dirección a la granja.

Cuando llegué abrí la puerta con torpeza, me quité las botas y me senté en el sofá viejo que debió ser de mi abuelo. Me recosté y cerré los ojos. Mientras todo me daba vueltas pensé en los ojos de Haley, en su perfume que olía un poco a coco, en sus uñas pintadas de un azúl traslucido. Sus dedos frágiles y delicados. Sus pestañas y el maquillaje que llevaba. El segundo qué me miró antes de tirar. Y luego, mareada, recordé como Alex le tomó de la cintura.

—"Su chica"...— Dije tapándome los ojos con el antebrazo. Sentí nausea y me giré para quedar recostada sobre mi costado. Recordé el beso que se daban bajo el árbol. Deben de estar juntos ahora. Cerré los ojos y me quedé dormida.

Hoy hice una representación del momento de Haley golpeando en el billar y Sebastian observando

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Hoy hice una representación del momento de Haley golpeando en el billar y Sebastian observando.

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