✧Inefable✧((Batarou))

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Ciudad S
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–No fue buena idea venir caminando–

Pensó el héroe frente a su puerta. Puesto que se habían tardado más de lo previsto y eran casi las doce del mediodía.

–Muero de hambre– volvió a quejarse el peliplata en voz baja.

–Si... Te entiendo– expresó Badd en su psiquis.

Al igual que Garou, él también estaba hambriento, ya que no había comido desde ayer. De manera casi similar, el sueño que recaía sobre sus párpados lo estaba matando lenta y tortuosamente, por el momento podía controlarlo, pero sabía que en algún punto específico su cuerpo cedería y le pasaría algo similar a cuando usaba su "Espíritu de lucha".

Sin embargo, aún tenía grandes expectativas respecto a su enredo. Ya que después de vestirse iría a Ciudad A para colaborar con los demás héroes Clase S. Ese era el plan.

La determinación cruzó por sus ojos como un haz de luz en ese instante, y ya más tranquilo consigo mismo buscó sus llaves en su bolsillo.

–...

Estaban en la mesita de su habitación. Claro, lo que faltaba.

–Oi, no tengo mis llaves– dijo volteando a verlo.

–¿Ese es el problema?– no era un dilema muy grande si lo pensaban. Garou hizo un ademán y señaló el árbol del lado derecho –entremos por la ventana de tu habitación.

–Por supuesto– musitó Badd como si fuera evidente y ambos se dirigieron hacia allí.

Era un poco extraño irrumpir en tu propia habitación, claramente, pero no podía quejarse en estas circunstancias. O al menos no del todo.

–Gracias por enseñarme a meterme a mi propio cuarto Garou...– dijo con sarcasmo intentando abrir su ventana –eres bastante bueno en eso.

–Te lo agradezco... Y, si, lo soy– sonrió ampliamente afirmando aquello.

El moreno exhaló ante su descaro y terminó por forzar el marco para así ingresar de una buena vez. Metió medio cuerpo evitando pisar o ensuciar sus apuntes, y estuvo a punto de tirar un vaso con agua que había dejado ahí la noche anterior, pero por suerte no se cayó. Fue algo difícil pero finalmente lo consiguió.

Dejó incluso un espacio libre; sin embargo, Garou se quedó afuera, sobre la rama del árbol que anteriormente había utilizado.

–Ah, no eres tan desvergonzado como creí– con leve sorpresa expresada en su voz, el azabache reposó sus manos sobre su cadera.

–Muero de hambre Badd, tráeme algo pronto– exigió con voz demandante.

–Retiro lo que dije... Quédate ahí, iré a por algo en la cocina y... ¡No toques nada!– exclamó cuando Garou extendió su mano y empezó a curiosear los papeles regados sobre su escritorio –bastardo, ni se te ocurra agarrar mis cosas...

–Está bien, solo ve– bufó –qué desconfiado eres...

El héroe dejó su celular conectado e imprimiendo algunas fotos que le servirían para la reunión, pero a pesar de que hizo un poco de tiempo con eso no tuvo de otra más que ir, en contra de su voluntad, a la cocina a traerle algo después de un largo suspiro.

Por supuesto que Garou haría totalmente lo opuesto a lo que le habían advertido.

–Genial– tomó un papel y un marcador que tenía por ahí apenas el desdichado héroe pasó por el marco de la puerta –hmm, capturaré la esencia de cabeza de metal– murmuró garabateando sobre la hoja –Cabello negro, enojón, grita mucho... Ah y no debo olvidar su varita– rió malicioso.