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El pelinegro optó por sentarse al lado de la ventana cuando llegaron hasta los últimos asientos del tren. Mirando la ciudad desde su posición, el día parecía tranquilo y cálido; siendo agradable hasta cierto punto... Al menos hasta el momento en que recordaba que más tarde ese mismo día tendría que ir al subterráneo sin ningún tipo de apoyo adicional...

Naturalmente iría en búsqueda de Child Emperor... Pero el niño ya estaba muy bien establecido en los Neo-Héroes, aparecía en televisión dando algunas entrevistas de vez en cuando y, en general, parecía más a gusto que cuando estaba en la antigua asociación. Él lo entendía.

Además, Badd prefería no involucrarlo en esto, puesto que Isamu fue el que más se esforzó para corregir su error con el hijo de Narinki...

Joder...

El moreno cerró sus ojos con fuerza recordando eso, los pensamientos y palabras que había escuchado en el cuartel general que hasta el momento le habían dado igual turbaron su mente en un ápice de segundo. Casi resignado, apoyó su cabeza sobre el vidrio de la ventana buscando un poco de paz mental sin notar que su pierna temblaba notablemente por el estrés acumulado desde hace un rato. No le gustaba sentirse así, era raro y desagradable sentir un peso sobre los hombros que se volvía imposible de cargar conforme sus errores se acumulaban.

Sus cejas naturalmente fruncidas se relajaron tenuemente mientras abría un poco los ojos debido a la luz tibia que se colaba por la ventana, sus manos se entrelazaron entre sí con fuerza tratando de distraer y controlar los impulsos que le incitaban a mandar todo a la mierda y simplemente dejar su heroica vida atrás. El Clase S ni siquiera percibió el momento en el que se puso tan nervioso que los demás a su alrededor comenzaron a notarlo, sus dedos se movieron inquietos unos sobre otros y su respiración se volvió más pesada.

[...]

No fue sino hasta que Garou posó su zurda sobre su rodilla, deteniendo sus pensamientos y aquel repetido movimiento que estaba causando inconscientemente cuando Badd volteó a verlo de forma tímida, con la mente en blanco por unos segundos hasta la inevitable aparición de una gran advertencia roja en su cabeza. 

El rostro de Garou, a diferencia de él, evidenciaba una serenidad impasible.

–No hagas eso, estás molestándome– fue lo que dijo, retirando su extremidad después de haber acabado con aquel tic nervioso. El azabache estaba notablemente confundido y lo pareció aún más cuando Garou tomó una de sus manos, separándolas con cuidado y después poniendo extrañamente una hamburguesa en una de estas.

–¿...?– los cuestionamientos no tardaron en llegar a su mente. Observando aquel alimento apetecible a la vista, envuelto en papel encerado y atrapado en su diestra. El albino no pronunció palabra alguna después de aquello, en su lugar, se dedicó a seguir alimentándose como ya hacía –Garou... No creo que comer en el tren esté bien– le dijo en voz baja.

–¿A quién le interesa?– resopló.

–A todos, diría yo– expresó con ciertas migajas de preocupación en su voz, no era correcto pero... en realidad, Badd aún tenía hambre. Así que sus acciones no concordaron con sus palabras cuando comenzó a desenvolver el papel translúcido –de hecho, todos nos están mirando.

Y él estaba en lo cierto. Pues varias personas cerca de ellos miraban hacia su dirección, curiosos, juzgando o cuchicheando. Hacer este tipo de cosas naturales como comer dentro del tren era un poco mal visto por los demás, y no agradaba especialmente a algunos pares de ojos molestos que los miraban fijamente desde hace un buen rato.

El oji-ámbar escuchó con cautela lo que dijo su némesis pero, como era natural, no hizo mucho caso de sus palabras. Despreocupado como siempre, y dando una gran mordida al alimento, les mostró a todos el dedo medio.

✧Inefable✧((Batarou))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora